Frank hace sus necesidades en una caja de arena.

782 56 12
                                    

Annabeth estaba con Hazel y Piper en la habitación. Se habían llevado un montón de bolsas con lo que parecía ropa. Yo me había quedado con los chicos. Jason parecía algo divertido por mi mal humor, pero Dioses. Se llevaron a mi mujer a hacerle quién-sabe-qué. Hacíamos hamburguesas, Leo ya había quemado unas cuantas haciendo ''innovaciones'' pero después tomó el ritmo y las freía jugando en el asador, Frank estaba sentado abrazando a Sammy, su pequeño de dos años que cada minuto sacaba una cola diferente.

A veces gato, otras un león, leopardo... creo que por un momento estuvo por volverse un pony; eso ponía de nervios a Frank pero se notaba que hacía su mejor esfuerzo como padre primerizo. Él fue quién nos ganó a todos con el pequeño, ¿quién lo diría? El tímido Frank hizo de las suyas desde hace tiempo.

—Entonces... ¿cómo hacías del baño cuando eras pequeño, Frank? ¿Usabas arena?

—¿Qué? —me miró muy extrañado, Jason alzó una ceja algo divertido.

—N-nada, nada. Olvídalo...

Podía sentir su mirada en mi nuca, puesto que me había levantado y acercado a Leo viendo como quemaba una hamburguesa, me parece que lo hizo apropósito pero no dije nada.

—Percy quería saber si usamos una caja de arena —dijo Leo sonriéndonos de esa forma que podría poner nervioso a cualquiera.

—¡Jamás dije eso! -apresuré a defenderme.

Traición.

Antes de que comenzaremos a discutir, Jason se acercó a Frank y cargó a su bebé, que ahora tenía una cola de tigre.

—Ignóralos, no saben lo que dicen.

Frank rodó los ojos, su mirada se posó en su bebé. Lucía orgulloso, sus ojos brillaban al verlo. Su bebé hizo una trompetilla, lo que provocó que Frank sonriera aún más. Creo que si sonreía más su rostro se rompería.

Me pregunté si su bebé cambiaría su colita a la de un puerquito, el simple hecho de imaginarlo me hizo soltar una risilla.

—Debe estar pensando cosas cochinas. —"susurró" Leo.

Le lancé una clara de mirada de "Valdez, cállate o te lanzaré a la piscina". Y por suerte se quedó callado. Escuchábamos las risitas de las chicas, quería saber que estaban haciendo pero haría mucho ruido si usaba agua para elevarme, y Jason igual con el aire...

—¡FUEGO! ¡FUEGO! —gritó Leo corriendo por todos lados. Sí que estaba envuelto en llamas. Todos nos pusimos tensos, Frank se convirtió en elefante para poder tomar agua en con su trompa, Jason se elevó en el aire con todo y bebé, comenzando a crear un torbellino para ahogar el fuego alrededor de Leo, y yo empecé a levantar un poco de agua hacia Leo cuando se detuvo.

—Oh, es cierto. No puedo quemarme —dejó de tener el fuego a su alrededor mientras reía a carcajadas. Todos nos quedamos quietos unos segundos. Frank volvió a ser él, Jason tocó el suelo y el agua que jalaba cayó de nuevo en la piscina. Todo estaba demasiado callado. Las chicas bajaban con rapidez, parecían preocupadas.

—¿Qué pasa aquí? —preguntó Hazel mientras corría hacia el patio.

—Leo nos jugó una broma algo pesada... —contesté yo casi gruñendo. Las mejillas de Leo se estaban tornando rojas y volvía a jugar con materiales, esto significaba que estaba nervioso.

—Yo, este...

—Frank, ¿y el bebé? —casi dijo gritando Hazel.

Jason ya no lo tenía en sus brazos, solo el hueco donde había estado.

Cómo ser padre semidiós y no morir en el intento. |PAUSADO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora