Abordemos este tema comenzando con una pregunta simple:
¿Es necesario que el antagonista sea el villano o el más malvado? No.
¿Por qué antagonista y no villano? Bueno, antagonista -según la narratología- como deriva de su palabra: es aquello que es contrario al protagonista y esto no significa que sea una persona malvada sí o sí. Porque así como puede ser un personaje puede ser también una institución, o un grupo de personajes (sectas, partidos políticos, grupos ajenos, enemistades) y es más pueden hasta llegar a ser el bueno de la historia.
Hoy, vamos a abordar este tema con mayor profundidad y preguntarnos ¿cuáles son los antagonistas que más triunfan tanto en el cine como en el teatro y en la literatura? Pero no vamos a hacer una lista y menciones sino, por el contrario, diremos él por qué son tan buenos estos antagonistas. Qué es lo que hace que un antagonista sea lo más atrayente de la historia, qué es lo que hacen que los antagonistas atraigan tanto al espectador o lector.
1. Cambia al personaje principal.
"Y él es Pablo Escobar, el hombre que cambio mi vida" - Anuncia Steve el protagonista y narrador de Narcos.
La relación entre el antagonista y el protagonista es lo mejor de toda una historia, más cuando hay un enfrentamiento indirecto. Que el antagonista parezca invencible, que sea el rey en un tablero de ajedrez, es una de las mejores cosas. Que sea intocable, difícil de alcanzar, que el protagonista tenga que ensuciarse las manos o hacer cosas que jamás pensó que haría. Que cambié su personalidad, que pasé de la benevolencia a la oscuridad, son factores que solo logra un gran antagonista, y el mejor ejemplo de esto se puede apreciar en series como Narcos o en Sherlock cuando el famoso detective confronta en un escenario épico al chantajista Magnussen.
2. Lo lleva hasta el límite.
El antagonista lo lleva hasta el límite de todo, lo hace perder la humanidad, lo pone a prueba constantes veces, usa la ética del protagonista en su contra, su fé pone en duda, sus creencias dejan de ser verdades, obliga al protagonista a ser radical contra sus propios principios y esta lucha es algo que sólo ciertos autores pueden aprovechar para hacer fuego e iluminar las mejores batallas, batallas en la que se juega la ética-fe-vida e intelecto de los personajes; y en los mejores protagonistas sorprendentemente pueden hasta hayar un tercer camino. En estas batallas no hay un si o un no, puede haber hasta una postergación o un hasta nunca pactado por los personajes mismos, e incluso hay historias en las que entre el protagonista y el antagonista hay algún tipo de código de honor.
3. Hacen que hasta el mismo lector o espectador lo quieran matar.
¿Has visto a Ramsey Snow en Juegos de Tronos o a Negan en The Walking Dead? Ramsey es el perfecto ejemplo de un villano que no causa admiración sino desprecio, desprecio porque se sale con la suya, desprecio porque vive mucho, desprecio porque te dan ganas de atravesar la pantalla ¡y clavarle algo en el ojo! (Bueno, ese soy yo). Pero pocos antagonistas logran esto, pocos antagonistas logran algo así de increíble. Estamos tan acostumbrado a los estereotipos de villanos o héroes que cuando vemos a un villano antagonista de gran calibre que se sale con la suya muchas veces, que hace cosas de índole deshumana, seguimos viendo la serie o leyendo el libro para ver (en vez de ver las aventuras del protagonista que se supone que debería ser más interesante) ¡La muerte del antagonista! ¡Porque el antagonista es tan increíble que nos convierte en un público sádico sediente por ver el final de ese antagonista! ¡Y no me mientan! ¡No nieguen que no han querido que Negan coma plomo en The Walking Dead o que Ramsey se ensarte por sí solo con una de sus máquinas torturadoras! Es más, el actor de Ramsey fue tan bueno que verlo en Libertador (la película histórica de Bolívar) como un irlandés que luchaba por la libertad de América es algo que uno no esperaría...
4. La tristeza y la vulnerabilidad no las van a hacer todas las veces a propósito.
¿Te imaginas a un antagonista que dijera "hoy no voy a hacer nada, no voy a mover un solo dedo de la comodidad de mi casa" y aun así ponga triste al protagonista? Bueno esto pasa, pasa tanto en dramas como en la vida real. Cuando instituciones, fallos de la justicia e incluso hasta la muerte de un ser cercano al protagonista provocan esto atentan de manera directa y son parte de las consecuencias y secuelas psicológicas del protagonista.
Una vez tuve la oportunidad de ver la obra de teatro Mika de la Agrupación Oesterheld y en ésta se relata la lucha de dos padres contra la trata de las mujeres, siendo un homenaje a la historia de Susana Trimarco, una mujer que en 2002 inició una lucha que permitió recuperar a 150 mujeres secuestradas en Argentina por ser explotadas sexualmente.
En esto, a lo que voy es que el antagonista, no solo fue la inoperancia policial, sino que también la ley, el periodismo, la política e incluso hasta los jueces. Otro ejemplo, como la obra de Stieg Larsson Millennium Los hombres que no amaban a las mujeres podemos ver que Mikael Bloomskit se enfrenta a la mala publicidad de su nombre y tiene que cumplir una pena impuesta por la ley siendo realmente él inocente.
5. Hasta el protagonista mismo puede ser su propio antagonista.
¿Cuando no hablar del antagonista invicible? Con esto mos referimos a lo psicologico del personaje, nos referimos a las tragedias de personajes cercanos o que le ocurren a él mismo y hace que el protagonista vaya hacia lo más oscuro y trizte de su ser, que se hunde en lo más horrible de su ser. Y hay veces que también estos antagonistas llegan a ser cosas simples, como un cuadro, una birome o hasta un gato porque la psicología misma del protagonista es su antagonista.
"¡Había emparedado al monstruo en la tumba!" - El gato negro de Edgard Allan Poe.
En el cuento El gato negro de Edgard Allan Poe, el gato que era un personaje simple, con el solo ver, el protagonista (y sus propios trastornos psicológicos) éste se volvió loco y mató de un hachazo a su mujer. ¿Increíble no? ¡Lección! Hasta la propia psicosis del protagonista puede ser su propio antagonista...
6. El antagonista puede ser el bueno.
- ¿Qué? ¡No! ¡El antagonista no puede ser el bueno! Eso es imposible, tiene que ser cruel, muy pero muy malvado, el más malvado de todos, ¡tan malvajirijillo como sea posible!
¡Bueno querido lector, es sorprendente pero hay casos e historias y libros en las que el antagonista es el tipo bueno y el protagonista el malo! Así es, el pan de dios, el bueno de los buenos, el Ned Flanders de Homero Simpson puede ser el antagonista.
¿Por qué sucede esto? Porque a la hora de escribir podemos decidir si nuestro protagonista es el bueno o el malo, o el más malo, o el menos malo, o el antitodo o el bando que se nos dé la gana.
Gracias por leer.
ESTÁS LEYENDO
¿Cómo comenzar a escribir?
De Todo¿Y quién soy yo para enseñarle cómo escribir a alguien? No soy un licenciado en letras, no soy más que un escritor novel sin fama. De lo único que estoy seguro es que no soy la nada, soy una simple persona detrás de un ordenador hablando de su propi...