Capitulo 5 - Antonia

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-¡Feliz cumpleaños amor!- dije abrazando a Laura, alzándola en mis brazos y besando su frente.

El pastel del cuarto cumpleaños de pequeña Laura se ve apetitoso, de las velas aun sale humo,

-Mamá ya puedo comer pastel- Felipe me pregunto tomando mi camisa y jalándola.

-Si... dame un minuto y ya te doy... ve y siéntate con el Papá-

Deje a mi pequeñita sentada en una de las sillas de la mesa principal, después de eso no tuve mucho tiempo para pensar, se me fue el tiempo atendiendo a los niños, complaciendo a mi esposo en todas las cosas que se le ocurrían y llevándole la corriente a mis suegros.

Solo cuando coloque la cabeza sobre la almohada pude rebobinar el día, fue cuando Cristina hizo aparición en mi mente, me gire hacia mi lado de la cama, recordé una a una las cosas que pasaron desde que la vi en el supermercado hasta el momento en que la deje en el garaje, ella me mueve el piso de una forma única, hace que olvide todo.

Aun no sé porque le deje esa nota, solo me deje llevar por mis impulsos como una adolecente enamorada, debo comportarme como la mujer casada que soy con dos hijos, voy a centrarme en mi matrimonio y en mis hijos, no voy a volver a buscarla ella debe hacer su vida, al igual que yo disfrutar de la mía.

...

Han pasado dos semanas y no sé nada de ella, Cristina volvió a desaparecer de mi mundo, se dónde es la finca de sus padres hace dos días en la tarde estuve allí, mirando como es el lugar, si de pronto la encontraba, mis esfuerzos por mantenerla alejada de mi cabeza son imposibles

El estar pasando vacaciones en casa de mis suegros está afectando mi matrimonio aún más, la señora Diana no deja de mirarme con recelo y vigilar todo lo que hago, Andrés quiere cumplir con su papel como esposo, me busca para que tengamos relaciones sexuales, pero no puedo hacerlo con él, sentir que él me besa o que me toca me produce fastidio, antes de que llegáramos a estas vacaciones fanatizaba con el hecho de que el no fuera el sino ella, que el fuera cristina y quien me hacia el amor era ella, así como ese día en su habitación o días después en mi oficina, pensé que solo era una etapa, pero después de verla acá, de sentirla otra vez, de que me hiciera suya nuevamente no quiero sentir a nadie más que a ella.

-Amor pregunta mi mama que si podemos ir a la plaza de mercado por unas frutas y algunas verduras para esta noche-

-Préstame la lista- Me quede mirando a el papel, habían algunas cosas que no se consiguen en la plaza que necesariamente debemos ir al super y es en lugares distintos.

Andrés me abrazo por la espalda, intente no molestarme, pero si eso era ahora como seria toda la tarde en el mismo auto, me concentre en lo que decía la lista.

-Es una lista larga... además no todo está en la plaza de mercado debemos ir al súper... ¿Andrés quién se queda con los niños?-

-Mis padres se quedan con los niños-

Saque mi celular y le tome una foto a la lista de cosas que comprar.

-Vale tengo una idea... ve para el supermercado y compras lo que está resaltado, yo voy a la plaza y compro el restante- Andrés no pareció entenderme y en un segundo después lo vi molesto.

-¿Que pasa Andrés?-

-Desde hace días estas rara conmigo... -el bajo un poco el tono de la voz, mirando para todo lado, y cerrando la puerta de la habitación donde me encontraba- no me dejas tocarte, vives muy pendiente de los pequeños o metida en tus pensamientos, en que tanto piensas... y ahora que busco un espacio para que pasemos juntos, tu solo divides las tareas y me mandas para el otro extremo del pueblo por favor dime... ¿Qué te pasa?-

"No es correcto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora