Veo en ti la Luz [FINALIZADO]

El Reflejo del Alma

¿Cuánto había pasado desde entonces? ¿Segundos, minutos, horas o quizás días? No importa, sea como sea ese lugar no era más que un infierno, y no el hecho de estar allí encerrado, sino el de estar vivo. En estas circunstancias, el Hatake hubiera preferido estar muerto. Pero no, aún seguía agonizando, preguntándose qué era más doloroso... estar ahí tirado con heridas graves, o el dolor que provoca su corazón al intentar comprender todo lo sucedido, traer de nuevo todos sus recuerdos, ver a esa persona que no era más que un manojo de odio hacia él y el mundo ninja.

Como sea, ahora sabía que su ex-compañero está vivo, y lucharía por ello, lucharía por volver hacerlo a como era antes, tal vez no pueda curar las heridas del corazón, pero a lo mejor pueda remendarlo con amor, el mismo amor que el dolor convirtió en odio.

Mentiría, mataría, moriría e incluso algo mucho peor, solo para que Obito vuelva a hacer el de antes. ¿Pero cómo? ¿Cómo puedes remendar un corazón corrompido por el dolor? Nunca podría tomar el lugar de Rin en el corazón del Uchiha, pero si por lo mínimo que queda, si tan solo un granito de compasión yace en su corazón, podrá tener una oportunidad de traerlo.

No importa si eso significa seguir sufriendo de esta manera, su voluntad es mucha más fuerte que el dolor. Cambiar el destino, ese es la meta del peliplata, el destino donde ya no hay odio, ni tampoco sufrimiento. Un destino donde él y Obito estén nuevamente juntos rodeados del amor que alguna vez ha existido, recobrando y regenerando el lazo que siempre he de estado presente, el mismo lazo que ha provocado este encuentro.

Tirado en el suelo, no hacía más que intentar recomponerse y tratar de levantarse, pero le era imposible, sentía como la sangre brotaba de su entrada y el pequeño movimiento que hiso lo empeoró, abriendo intensamente la herida. Su cabeza dolía por esos golpes directos hacia sus cienes, otorgados por el Uchiha. Ahora sus muñecas estaban libres, pero gravemente heridas por causa de las esposas que lo sostenían en el aire, aunque intentase huir, no podía, ya que sus tobillos aún seguían amarrados. Miró hacia todos lados buscando una opción que lo lograra calmar...

La adrenalina sintió correr por sus venas, al oír pasos por el pasillo. Esos pasos que se acercaban a casi toda velocidad. Cuando divisó de quien se trataba, tomó de nuevo los sentimientos de miedo y el escalofrió sentía correr pos su espalda. Él que cruzaba por el umbral de la puerta, solo sonrió al ver a Kakashi temblar con su presencia, en esa pose tan... "provocadora" según él.

- ¿Listo para el segundo round, Kakashi? – dijo el azabache acercando una camilla que estaba en la habitación

- ¿Segundo? ¿Cuánto tiempo ha pasado?

- Ocho horas – lo levantó del suelo al estilo princesa y lo recostó un poco brusco en la camilla. Recibiendo de parte del Hatake una mueca y gemido de dolor, por las heridas que con el movimiento se abrieron y empezando a sangrar nuevamente. Obito se posicionó sobre el otro, pegando sus cuerpos, mientras se desvestía - ¿Qué te parece? Tienes lo que tanto has querido, Kakashi. Dime... ¿Qué se siente ser taladrado con el pasado?

- O-Obito, no lo hagas...

- ¿Y quién me lo impedirá? ¿Tú? Si claro... No me hagas reír - Sin dejar que el albino siguiera hablando, lo empaló sacando de nueva cuenta los gritos del Hatake a causa del desmembramiento provocado por sus penetraciones agresivas y fuera de toda compasión...

- ¡Ahhhh!!!! Obito.... ¡¡¡¡No!!!!!

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Mientras tanto, ya lejos de la aldea de Konoha, se encontraban un grupo de Anbus, poniendo en marcha hacia la ruta más obvia hacia Sunagakure, sin dejar de lado ninguna pista que pudiera hallar al Hatake. El grupo es encabezado por siete Anbus, agentes de Danzo, y uno de ellos siendo el capitán del grupo, su nombre es Tenzou, pero siendo clasificado y ocultado bajo el sobrenombre de Yamato, y no solo eso, sino también que fue él, el que rogó a la Hokage para que lo eligiera, ya que este tipo, es compañero y amigo de Kakashi...