Jin Young se sentaba en la esquina de la cama del menor que tenía a cargo. Lo miraba con tristeza y preocupación, ese no era su Gyeomie. El inocente YuGyeom llevaba días metido en su cama, desde aquella noche que deseaba olvidar con todas sus fuerzas pero esta se repetía una y otra vez en su mente. Se mantenía perdido en sus pensamientos, ni siquiera notaba la presencia de su hyung cuando este le iba a ver, contestaba a sus preguntas con monosílabos. El mayor ya no sabía qué hacer para sacar al pelirrojo de ese estado.
Ese día había invitado a Young Jae y JaeBum quienes también estaban preocupados pues YuGyeom no había asistido a las últimas clases ni tampoco a su trabajo temporal en el café. Creyó que lo mejor era que viera a sus tres hyung pendientes de él, quizá eso ayudaría a sacarlo de aquella depresión en la que había caído. Y es que aunque Junior no supiera que le pasaba exactamente no podía engañarse, el menor no se bañaba, no hacia las actividades que tanto le gustaban, no sonreía ni comía y eso ya le estaba enfermando a el mismo. YuGyeom era la energía positiva de esa casa y extrañaba las bromas y peleas que siempre mantenía con él.
Gyeomie~ Me tienes preocupado... Estoy triste. ¿Qué sucedió esa noche? –Sin querer el mayor había comenzado a llorar. Podía notar a su menor más delgado, con unas ojeras terribles. Eso aumentaba su tristeza. –Déjame ayudarte. –El timbre sonó, los otros habían llegado. Con cuidado se marchó de ahí para luego de 10 minutos volver con los otros dos. Al ver el estado del pequeño gigante, ambos soltaron un suspiro y se acercaron a él. Los tres ahora encima del maknae de la habitación intentaban que este sintiera el apoyo incondicional sin tener que decir ninguna palabra.
YuGyeom, supe algunas cosas que sucedieron esa noche en la que saliste sin contarnos a que. Quiero escuchar de tu boca lo cierto y lo falso. Recuerda que estamos contigo sea lo que sea que estés guardando y si tienes que resolver algo, te ayudaremos. No te juzgaremos y tampoco te daremos la espalda. –Para cuando JaeBum había terminado de hablar, Young Jae y Jin Young se encontraban llorando. No sabían si por el menor o por las bellas palabras que el mayor estaba diciendo, ellos solo asentían a cada una de ellas. Pasaron algunos minutos hasta que escucharon al menor suspirar y sentarse en la cama mirando a los tres, estos atentos y alerta de que por fin el pelirrojo había reaccionado esperaron a que articulara una palabra.
Gracias... Por estar conmigo. Lo siento yo nunca quise preocuparlos. Y-yo... fui engañado de la manera más asquerosa que alguien puede serlo. –Tomó aire y continuó –Pero no quiero hablar de eso. No quiero contarlo por lo menos en un tiempo. –Los otros tres asentían y respetaban la decisión del menor. –Solo ayúdenme a sanar mi herida y salir adelante sin sentirme una basura como me siento ahora.
¿De qué hablas? Tienes una vida por delante, eres la envidia de muchos. Basura son aquellos que sin conocimiento te juzgan y lastiman. –Y eso detonó el llanto del menor. JaeBum supo que dio en el clavo y solo abrazó al más alto. Aquel acto fue copiado por el par de Youngs y los cuatro se mantenían conectados y consolándose, por fin YuGyeom soltaba en aquellas lágrimas todo lo que había guardado desde hace una semana en su corazón.
Pasó casi una hora de llanto y abrazos hasta que por fin ya todos estaban tranquilos, el mayor era el único que se mantenía solo con los ojos llorosos pues debía mantener la compostura para consolar a los otros tres.
YuGyeom... vas a levantarte de esta cama y seguir con tu vida. Nadie puede cortar tus alas, recuerda que todo pasa por algún motivo. –El pelirrojo se sentía demasiado agradecido de JaeBum, sus palabras de algún modo lo sanaban. Asintió y comprendió que era cierto. "Debo seguir y cerrar la boca de esos tres imbéciles, además... no fui yo quien dio el trasero" sonrió sin querer al pensar en eso. Los otros tres vieron aquella sonrisa y aunque no sabían el motivo fue como haber visto el sol radiante de la mañana. El menor por fin sonreía nuevamente. –Y YuGyeom... este será el consejo más sabio que te daré... -Los otros tres estaban expectantes a lo que diría el mayor. –¡BAÑATE! ¡APESTAS! –y todo fue carcajadas. Young Jae y Jin Young se sumaron a las burlas llamando apestoso y sucio al menor. Todo tenía sentido y valía la pena si podían volver a escuchar aquella risa.
La mañana siguiente fue totalmente diferente. YuGyeom ya se encontraba bañado, perfumado y vestido. Unos jeans negros rasgados en varias partes de sus largas piernas, una polera de color blanco que mantenía colocada de manera juguetona en el cinturón de su pantalón y una chaqueta de cuero negra, todo hacia juego a la perfección con su cabello rojo despeinado y húmedo. Llamaba la atención de todos los que pasaban por la calle, se mantenía a la espera de sus amigos a las afueras del edificio en que habitaba con Junior. El mayor aún no bajaba para cuando llegaron los dos Jae.
Es maravilloso verte tan compuesto –sonrió Young Jae, desordenando un poco el cabello del más alto. –Sigues tan guapo como siempre, nuestro hermoso idol.
Decidí cambiar el tono de mi cabello pronto. ¿Me acompañas?
¡Oh! ¿Qué color tendrás ahora? –Preguntó entusiasmado JaeBum. Esto sacó una sonrisa por parte de los otros dos.
Quiero un castaño más oscuro. Algo que me dé un poco más de seriedad. –Ambos Jaes se miraron y asintieron dando su aprobación. Por fin Junior se unía a los otros tres.
¿Dónde está tu auto? –Preguntó Jin Young buscando el vehículo del mayor, observando a todas partes.
En el taller mecánico, hoy nos vamos en el autobús. –sonrió y salió corriendo antes de que los demás comenzaran a reclamar, dejando atrás una gran cantidad de murmullos y chillidos.
Antes de comenzar a caminar, mientras todos reían y hacían sus descargos por la reciente confesión de JaeBum, YuGyeom fijo su mirada en un auto que se le hacía muy familiar. Este era un modelo de los últimos años, negro con vidrios polarizados por lo que no podía ver a quien estaba en su interior. Le llamó bastante la atención porque en donde ellos vivían esos tipos de vehículos no se veían. Se mantuvo mirando en aquella dirección por algunos minutos hasta que la voz de Junior lo sacó de sus pensamientos.
¿También te llamo la atención el auto? –YuGyeom asintió mirando al mayor. –Lleva días viniendo y estacionándose frente a nuestro edificio. Esta por unas horas y luego se va. Me ha llamado mucho la atención pero... No sé si debamos llamar a la policía. –El menor frunció el ceño y miró nuevamente el auto que esta vez emprendía su marcha y pasaba veloz por al lado de ellos, lo observó hasta que el auto fue perdido de vista doblando en una esquina. Ambos se miraron y negaron, obviando el tema y siguiendo con su rutina.
[En otro lugar]
En aquel auto solo había silencio, suspiros y un ambiente de tristeza. El conductor de aquel vehículo mantenía el volante apretado tanto como si quisiera destrozarlo. Sus nudillos estaban blancos de la fuerza que estaba ejerciendo. En ese minuto solo se odiaba por no tener la suficiente valentía...
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Mayday
FanfictionEl destino puede poner en nuestro camino cosas inesperadas. Nuestros actos pueden cambiar la vida de otras personas por muy mínimos que sean. Pero siempre tendremos una historia que contar de esos pequeños o grandes recuerdos. Porque nada esta escr...