Cicatrices

435 53 4
                                    


YuGyeomie~ -Young Jae llamaba al menor con la voz baja. Se encontraban en el café con bastante público. El menor se mantenía atendiendo mesas y en una oportunidad en la que se acercaba a pedir otra orden, su amigo le llamó. –¿Has notado que el misterioso auto que se estaciona frente a su edificio también viene aquí? –YuGyeom frunció el ceño y asintió. Seguía al lado del mesón pues esperaba otra orden para ser entregada. –¿No te causa curiosidad?

Mucha... No solo se mantiene aquí y en el edifico. –Young Jae abrió sus ojos con curiosidad. –También lo he visto circulando por las afueras del edificio de mis prácticas de baile.

YuGyeom, esto ya no me huele bien. ¿No te da miedo? ¿Es a ti a quien siguen? –YuGyeom negó y sonrió.

No hay que tener miedo. Puede ser solo imaginación de nosotros ¿tienes idea de cuantos autos existen de ese mismo modelo?

Bueno... pero de todos modos, cuídate ¿si? –Ambos se sonrieron. YuGyeom por fin recibió la orden que esperaba y se dirigió a la mesa pendiente. Junior quien preparaba los cafés miró al menor desde el mesón, uniéndose a Young Jae. –También estas preocupado ¿no es así?

Yo he visto ese auto desde el día siguiente que YuGyeom llegó todo demacrado. Se mantiene todos los días a la espera de que el salga. No es una simple casualidad. –miró a su acompañante, los dos estaban con una cara de notoria preocupación y angustia. Los interrumpió la pequeña campana de la puerta del café, la cual sonaba cada vez que entraba un cliente. Ambos se giraron a mirar y se sorprendieron al punto de mantener sus bocas en una perfecta "O". Un conocido rostro de revistas, publicidad y televisión entraba por la puerta de ese humilde recinto, nada más ni nada menos que una de las divas.

BamBam... -susurró YuGyeom al verlo. Tragó saliva y giró su cabeza de vuelta a la mesa que atendía y con la mejor sonrisa que podía continuó su labor.

El modelo observó a todos lados hasta encontrar una mesa vacía, era mirado de manera curiosa por todos los asistentes de lugar. Murmullos y risitas comenzaban a ser más fuertes. Él sabía que llamaba la atención y no era para nada su intención esconderse. Espero a que vinieran a tomar su orden. Por su parte YuGyeom era quien debía cumplir con esa función, ese día él era el encargado y Young Jae estaba en la caja. Tomó todo el aire que estuvo a su alcance y el valor suficiente y caminó a la mesa. Este era un encuentro inesperado y por su mente pasaron muchas preguntas, entre ellas un "¿Por qué a mí?".

Buenos días. Soy YuGyeom y seré quien lo atienda. ¿Qué desea? –BamBam se tensó al oírlo, sabía que esto sucedería. No estaba ahí por casualidad, su propósito era volver a verlo. Nunca imaginó que se le haría tan difícil mirarlo nuevamente, tragó saliva y volvió a la realidad. Lo miró directamente a sus ojos, aquellos lindos ojos. Sus miradas chocaron, la de YuGyeom a pesar de estar manteniendo la compostura era puro odio y esto BamBam lo sintió como un puñal en el corazón.

Hola, Gyeomie. –notó el ceño fruncido del mencionado. Su corazón latía demasiado rápido, sentía que en cualquier momento le daría una de sus crisis y Jackson no estaba ahí para calmarlo.

Mi nombre es YuGyeom, le pido con todo el respeto que así me llame. –fue lo más cortante y frío posible.

YuGyeom... -seguía mirándole fijo. Evitaba el nudo en la garganta. -¿Cómo has estado? –el menor se sentía muy molesto a esas alturas.

¿Vienes a seguir jugando? ¿Qué quieres? –escupió sin pensar en nada. Le dedicó la mirada más fría que alguna vez había tenido. BamBam sentía quedarse sin aire, pero aun así tuvo la valentía de continuar.

MaydayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora