Días Comunes

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Días Comunes 3

Inuyasha abrió los ojos, bostezo sonoramente y se estiró cual gato perezoso sobre la gruesa rama en la cual se encontraba acostado, olfateo el aire por un tiempo hasta que encontró el aroma que más le importaba y amaba, al parecer su mujer se encontraba cerca del río.

Sus orejas se movieron de forma graciosa al escuchar las risueñas risas de su cachorro y los niños de la aldea. Soltó un suspiro de placer, el día era tranquilo y todo estaba en orden. Así que volvió a cerrar sus ojos.

-¡¡¡Padreee!!! ¡¡Padreee!!- inuyasha abrió de golpe los ojos ante los gritos de su cachorro. Salto de la alta rama y cayó de pie en el suelo.

Atsushi salió de unos arbustos y corrió hacia su papá, Inuyasha vio y sintió el olor salino de las lágrimas, por lo cual su corazón latió con rapidez, si alguien había lastimado a su cachorro, sufría graves heridas.

-¡¿Qué sucede Atsushi?! ¡¿Te sucedió algo?!- el pequeño no contesto, al llegar junto a su padre este abrazo su pierna y se aferró a sus ropas rojas- ¡¡Atsushi, responde!!

El niño negó

-No soy yo, es mamá- el niño sollozo

El corazón de inuyasha se detuvo, el miedo y terror se apodero de su cuerpo, sujeto a su hijo por los hombros y lo alejo de él para después ponerse a su altura.

-¿kagome? ¡¿Qué le sucedió a tu madre?!- el grito asusto a los pájaros que estaban cerca y el niño gimoteo.- ella se cayó al río pero no ha salido.

La sangre de inuyasha se congelo y quedo con el rostro pálido, soltó al niño y emprendió la carrera, siguió el rastro del aroma de su mujer y llegó junto a los niños que miraban con terror y lágrimas en los ojos el río, junto a ellos vio la cesta donde kagome guardaba las yerbas medicinales que recogía a lo largo del día.

Sin pensarlo dos veces se lanzó al río y debajo del agua busco con rapidez a kagome, la corriente del río era fuerte, cuando el oxígeno se le agoto, salió a la superficie de un salto.

Los niños al verlo salir, sonrieron al creer que había rescatado a kagome pero la sonrisa desapareció al no ver a la sacerdotisa en brazos de su esposo, Atsushi que recién había llegado lloro más al no ver a su madre, inuyasha sin decir nada corrió siguiendo la corriente del río.

En su mente inuyasha se maldecía e insultaba así mismo por no haber estado más al pendiente de su compañera. Tenía que encontrarla y salvarla jamás, jamás se perdonaría si su esposa... sacudió su cabeza para sacar las horribles imágenes que su mente creaba.

A lo lejos a las orillas del río vio una figura recostada en el suelo, su corazón aumento aún más su velocidad, olfateo el aire e inuyasha casi llora al comprobar que se trataba del duce aroma de su mujer.

-¡¡kagome!!-inuyasha al fin llego junto a su mujer- ¡¡kagome, kagome despierta!!

Inuyasha sacudió el cuerpo de su esposa, la joven no se movía.

-kagome- inuyasha dio unas palmaditas al rostro de la mujer, kagome abrió los ojos y tocio agua, respiro con dificultad- kagome.

Inuyasha la estrechó entre sus brazos, el cuerpo del hombre tembló y sin poder evitarlo un sollozo se escapó de sus labios.

-Inu...yasha- kagome esta confundida, su cabeza dolía, sus ropas estaban empapadas y sentía frío pero se sintió confortada con el calor que le brindaba el cuerpo de su esposo- inuyasha.

Días comunes (Inukag)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora