Ante la fría brisa que entraba por la ventana, kagome se acomodó sobre los hombros la manta que su esposo le entrego antes de irse a la aldea en busca de Miroku, para repartir la ganancia obtenida al eliminar unos monstruos en una aldea cercana días atrás.
Frotó sus manos para después extenderlas frente al fuego, la calidez que desprendía las llamas la hizo sonreír, el invierno se acercaba y como consecuencia los días eran más fríos.
La puerta corrediza se abrió y su alegre cachorro apareció, su cabello platinado revuelto con hojas enredas en el, pequeñas manchas de tierra adornaban su ropa y su sonriente rostro.
El niño al ver a su madre sonrió aún más y corrió hacia ella, kagome lo recibió en sus brazos y beso su coronilla, Atsushi aferró sus manos a la ropa de su progenitora, y la olfateó buscando llenar sus pulmones del dulce aroma que su madre desprendía y que lograba calmarlo a él y a su padre.
Kagome extendió la manta hasta tapar a su cachorro con ella, peino sus cabellos quitando las hojas de ellos y acarició las pequeñas y suaves orejas blancas que coronaban la cabeza del infante.
-¿Qué tanto hiciste para quedar así, cariño?-
Atsushi sonrió mostrando todos sus dientes de leche.
-Jugaba con los demás niños, pero tropecé y caí.
-¿Te caíste?- sin esperar respuesta kagome examinó el cuerpo de su hijo en busca de heridas, y solo encontró unos raspones en sus manos y rodillas.
-Mamá estoy bien, no es nada grave-
Mas la joven madre no escuchaba, estaba concentrada buscando yerbas medicinales para curar sus heridas. Al encontrarlas volvió a donde su hijo estaba.
-Mamá-
-Atsushi, extiende tus manos-
El niño sin poder desobedecer realizó lo pedido por su madre. Kagome limpió las heridas y aplicó una pasta hecha de hierbas medicinales, al finalizar levantó la vista y beso la frente del pequeño, para después envolverlo de nuevo con sus brazos al igual que con la manta, no deseaba que su hijo atrapara un resfriado, lo cual era casi improbable ya que la sangre de Inuyasha corría por sus venas pero lo mejor era prevenía a después lamentar.
Atsushi sonrió, amaba la forma en que su madre le cuidaba y se preocupaba por su bienestar. Se acurrucó más en ese cálido refugió que le traía paz a su alma y corazón.
Ambos brincaron al escuchar una fuerte explosión, se miraron asustados. Kagome se levantó y Atsushi se aferró a la mano de su madre, el miedo crecía en su interior a cada segundo y las únicas personas que le brindaban seguridad eran sus padres.
Al salir miraron en dirección a la aldea, la gran nube de humo que provenía de ese lugar era una mala, muy mala señal, otra explosión resonó y una nueva nube de humo apareció.
-Atsushi ve a refugiarte.
-Mamá, ¿y tú?-
-Iré a buscar y a ayudar a tu padre y a los aldeanos.
-Yo voy contigo-
-No cariño, ahora ve, corre a refugiarte-
-Pero...-
-Atsushi obedece- kagome le dirigió una dura mirada que se suavizo al verlo asustado, se agachó a su altura, tomó el rostro entre sus manos y acaricio sus mejillas.- Por favor hijo, no deseo que nada malo te ocurra.
-Volverás, ¿verdad?
-Claro que si cariño.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo, volveré en unas horas. Pero tu tienes que prometer que iras al refugio y no saldrás de ahí hasta que ya no haya peligro.
-Lo prometo, mamá.
Atsushi beso la mejilla de su madre a modo de despedida y corrió en dirección al refugió que sus padres habían ideado y construido para los aldeanos tuvieran donde protegerse.
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Hola a todo, al fin resurgí de entre los muertos XD
Se que fue muy corto pero entre hoy y mañana subiré la segunda parte de este capítulo de "DÍAS COMUNES" que vendrá con mi primer intento de lemon de esta hermosa pareja.
Además en unas horas subiré un nuevo capítulo a "EL DIOS PERRO" .
Y no me cansaré de decirlo, muchas gracias por sus bellos comentarios y muchas gracias por leer mis fanfics.
Si les gustó el capítulo espero sus estrellitas :)
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Días comunes (Inukag)
RomantizmEn su mente Inuyasha se maldecía e insultaba así mismo por no haber estado más al pendiente de su compañera. Tenía que encontrarla y salvarla, jamás, jamás se perdonaría si su esposa... sacudió su cabeza para sacar las horribles imágenes que su ment...