Cuenta regresiva

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Mi nombre es Osomatsu Matsuno fui el primero en nacer de un grupo de sextillizos y por ende se me asignó el papel del hermano mayor. Cuando niño me fascinaba la idea, después de todo era el líder, tenía ese poder de hermano mayor para ordenar y guiar en un sin fin de travesuras. Era maravilloso. Por desgracia el tiempo no perdona, crecimos y nuestras personalidades se fueron acentuando cada vez más, al resto aun le costaba distinguirnos, pero entre nosotros conocíamos bien las diferencias.

Era algo natural cambiar, era inevitable, aun así continúe deseando que fuésemos como antes, todos iguales, todos uno solo. Ahora había momentos en que de verdad odiaba el rol de hermano mayor, ¿Por qué era yo quien debía dar el ejemplo? ¿Por qué habrían de seguirme? No era más que un remedo de hombre, un vago, un nini y peor aún... un virgen.

Cualquier otro podría asumir el liderazgo, yo con gusto lo cedería. Bueno, tal vez no a cualquiera. Si hago un recuento de mis memorias creo que encontraría al Matsuno prefecto para el puesto.

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Ya era de noche, todos dormían plácidamente, me levanté cuidando de no despertar a ninguno y salí en dirección al baño, hice lo que tenía y regrese al cuarto para toparme en la entrada a Totty.

- ¿Totty? - el menor me miraba con una expresión de sorpresa y vergüenza.

- Osomatsu niisan... iba al baño... no quise despertar a nadie, pero...-

-Pero aun te da miedo ir solo, ¿No es así?- le pregunté en son de burla recibiendo como respuesta una mirada molesta y un leve sonrojo.

-Idiota...- espetó enojado y se encaminó al pasillo con paso seguro... como por cinco segundos, para después dar pasos temerosos.

Suspire resignado y camine hasta el tomando su mano y llevándolo hasta el baño. No dijo nada, al llegar le espere afuera mientras retomaba mis pensamientos de quien sería mejor como hermano mayor.

En definitiva no sería Totty, no porque sea "indefenso", ni mucho menos. A pesar de su apariencia delicada es un verdadero demonio, manipula a diestra y siniestra con tal de conseguir lo que quiere; pero aun así puede llegar a ser muy miedoso, como ahora por ejemplo, a pesar de la edad sigue necesitando que le acompañemos. Jamás lo admitiré frente a él pero ese lado suyo era realmente tierno, tierno de verdad no como cuando finge serlo.

En cuanto salió se aferró a la manga de mi pijama para regresar al cuarto. Antes de recostarse escuche un suave "gracias".

Al día siguiente cada uno se dedicó a sus actividades, yo salí a dar la vuelta, últimamente lo hacía a menudo para intentar despejar mi mente, lo de asignar a otro como el mayor no era mala idea pero a la vez me recordaba el pésimo hermano que era yo. Andaba sin rumbo alguno cuando a lo lejos distinguí a Totty, estaba con ese amigo suyo Atsushi, me acerqué sin que lo notarán, escuche a mi hermano decir que iría por unas bebidas en lo que las chicas llegaban, su amigo asintió con una sonrisa y en cuanto el otro se alejó saco su teléfono y marco algún número, tras los saludos y una muy breve conversación escuche claramente su última frase "Lo siento, pero la salida de hoy se cancela... Si, cuestiones de trabajo, lo siento, prometo compensarles... Adiós." Colgó y guardo su teléfono aguardando a mi hermano. Esta era mi oportunidad, hace mucho que quería hablar con este tipo. Me acerqué por detrás y le hable.

- Totty estará triste al saber que la salida se canceló - el tipo me miro extrañado un momento, luego sonrió despreocupado.

- Debes ser uno de los hermanos de Todomatsu, es un gusto - estiró su mano y la estreché con cierta fuerza a lo que él ni siquiera se inmutó - mi nombre es Atsushi.

- Algo he oído de ti, mira, no andaré con rodeos, sé que andas tras de mi hermano y solo vengo para advertirte, si solo piensas jugar con el ten por seguro que te arrepentirás.

- Vaya, ¿Cómo supiste que me gusta?

- No soy tonto, sé que tiene su encanto y por lo mismo no suele tener amigos... Al menos no varones.

- Eso es bueno para mí, pero te juro que realmente me interesa, no le haré daño.

Sonreí y coloque mi mano en su hombro.

- Eso espero... porque si le rompes el corazón yo te romperé la cara - oprimí con fuerza esperando que captará mi mensaje. Me alejé de él y busque esconderme cerca, cuando Totty llego Atsushi le dijo que las chicas habían cancelado pero que de igual forma lo invitaría a comer, mi hermano pareció alegrarse con lo último. Me retire sabiendo que por fin hable con el famoso Atsushi, en cuanto designará al nuevo líder debía recordarle venir a hablarle a nuestro "cuñado"

Anduve un rato más antes de decidir ir al pachinko, mientras caminaba escuche una voz familiar a lo lejos, ¡Muscle, muscle, hustle, hustle!, sonreí por inercia. Jyushi bateaba con energía a mitad de un campo usando su conjunto deportivo, antes de acercarme hasta el, vi a tres chicos llegar al campo, Jyushi se detuvo y corrió hasta ellos; ¿Quién diría que tenía amigos para practicar?, aunque no me sorprende, si por algo se distingue es por su gran corazón y simpatía. Mis pensamientos se interrumpieron cuando escuche las risas, aquellos chicos se alejaban de mi hermano riendo, Jyushi se quedó quieto unos segundos, luego regreso a donde estaba antes y comenzó a batear contando en voz alta. Camine hasta donde él se encontraba.

-¡Hey, Jyushi! - en cuanto me escucho se giró, sentí una punzada en el pecho al verlo, me mostraba una gran sonrisa como siempre pero en sus ojos se distinguían unas lágrimas. Sonreí conteniendo la ira.

- Vamos a jugar Jyushi - el de gorra salto alegre. Mire al rededor, ubique a los tipos de antes jugando a lo lejos, sonreí, me posicione con el guante y la pelota listo para lanzar.

- ¡Aquí va! - lancé con fuerza, la pelota no tardó en llegar hasta el bate y regresar a mí a gran velocidad. En cuanto vi la pelota a centímetros de mi rostro me hice a un lado "fallando" mi atrape. La ráfaga siguió de largo y escuche el ruido al impactar junto con un grito. Jyushi tenía una expresión de desconcierto.

- Vaya, falle... tranquilo Jyushi, fue mi culpa así que yo iré.

Corrí a donde los tipos de antes, uno de ellos estaba en el suelo, su nariz estaba roja y salía algo de sangre.

- Como lo siento - rasque mi nariz apenado - parece que no soy tan buen jugador como mi hermano - levante la pelota jugando con ella entre mis manos.

- ¡Estúpido! - me grito el del suelo

- ¿Eh? - me agache a su altura - eso y más mereces por hacer llorar a mi hermano - mi tono era serio - agradece que él está viendo, si no estuviera ya los habría hecho mierda.

Me levante y di un par de pasos antes de girarme hacia ellos.

- Por su bien, espero no volver a verlos- les lance una mirada asesina, no dijeron nada pero el miedo en sus rostros me mostraba que entendían la veracidad de mis palabras.

Regrese con Jyushi que parecía preocupado.

- Tranquilo - le entregue su pelota - todo está bien, vayamos por unos caramelos y luego a casa - el menor se relajó y asintió feliz.

Jyushi podrá ser muy energético, pero también era muy sensible, le queda bien el papel de hermano menor.

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Aquí la primer parte, gracias por leer n_n

El peor hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora