Narrado.
Me levanté en la mañana gracias a mi alarma, ya dentro del baño me bañé, vestí y cepillé mis dientes. Hoy fuí un poco más arreglada que otros días, llevaba lápiz labial y algo de perfume. Camino a la escuela, pensé como estaría Alma Luna, dentré pacíficamente dirigiéndome a mi casillero, detrás de mi puerta pude notar que estaba alguien. Terminé de cambiar mis libros para cerrar mi taquilla y verla a ella.
- Hola, ¿sucede algo?.
No me respondiste, así que te invité al salón de música, fuimos en silencio. Te dejé pasar primero, dentré, opter por dejar la puerta entreabierta, tomaste asiento mientras yo me pusé al frente de ti, aguantando cualquier gana de hacer una estupidez.
- Te llamas Kimberly, ¿verdad? -asentí, quizás lo escuchaste por ahí. Nada de que emocionarse.
>>Quisiera saber, ¿por qué te preocupas tanto por mí? -baje mi cabeza, pensé en una gran respuesta.
-Creo que eres muy especial y alguien cómo tú no debería o no pudiera hacer algo cómo eso. Eres muy linda y creo que especial, para hacer algo como eso.
Me miraste extrañada,
no me sorprende, entonces te levantaste, esperaba un golpe recordándome lo estúpida que soy pero me abrazaste. Los primeros segundos quedé en shock, pero reaccioné devolvíendote el abrazo, tenías un agradable olor.-Perdón la pregunta, pero, ¿por qué me abrazas?
-Porque es muy lindo que pienses asi, puede que no sea verdad, no soy linda.
Para mí sí.
>> Pero gracias, no deberías preocuparte por mí. Solo quería saber quien era la 'chica' que había preguntando por mí y casi casi le dan la dirección de mi casa.
Abrí mis ojos sorprendida, que estúpida soy. Respiré pesadamente, ahora sí, era mi fin.
-Yo ... Ahm, y-yo so-lo ...
Me mandaste a callar y obedecí.
- Te espero en la puerta al final de clases. No estés muy nerviosa. -me guiñaste el ojo, y saliste rápido así como sonó el timbre para la primera clase.