Sientes.

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Karen:

Le oía respirar... Justo debajo de mí.

Su aliento cálido, me golpeaba lentamente en la cara.

Su pecho se sacudía.

Y he olvidado mencionar que estaba desnudo.

DESNUDO.

Llevábamos cerca de 3 horas en la cama, y yo seguía sin poder dormir.

No era en absoluto por tener a DiMarco a mi lado, ni por estar entre sus brazos, y mucho menos por sentir su piel contra la mía.

No, no era eso.

O puede que sí...

_Venga Karen, déjate de estupideces y disfruta del momento...- Me oí a mí misma decir, en voz alta. Y sí, me automaldije, pero seguí hablando. Los nervios me estaban devorando viva y buscando distracción, mi única vía de escape era desahogarme, mediante palabras imbéciles. -O sea, mírate, estás con Friator, en la cama. Él desnudo. Tú desnuda. Chelsy se moriría de envidia. -Lamentablemente no podía parar. DiMarco seguía durmiendo, y mi voz apenas se escuchaba en sus suspiros durmientes. -¿Y si te viera ahora Patricia, tu increíblemente infantil madre? Le daba un ataque. O igual se ponía a reír, diciendo que gracias a Dios que su hija le regalaba nietos. La segunda opción es más probable...

¡Oh! ¿Y si te viera Raquel, esa amiga a la que nunca llamas? Te mataba a insultos y te decía que ese macizorro de la cama era efecto de un alma solitaria, es decir, que como los chicos huyen de ti, te has inventado al novio. Y... Karen... ¿Te das cuenta de lo triste que es estar hablando sola? Lo que deberías estar haciendo es explorar la trabajada tableta de tu esposo. Sí, haz eso. Viólale.

Hablaba sin tan siquiera pensar lo que decía. Movía los labios, y soltaba lo primero que se me venía a la cabeza.

_Karen... -me interrumpió una voz masculina.

Oh.

No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No. No.

Ese último “Karen" no había sido mío... Sino de DiMarco.

Que estaba despierto.

Y que me había oído.

Todo lo que había dicho, él lo había escuchado. Todo.

Mierda.

Cerré fuertemente los ojos, y recurrí a la primera idea loca que me asaltó mentalmente.

_¡¡Porque las tartas vuelan!! -grité, fingiendo estar dormida, y hablar en sueños. Sólo se me ocurrió hacer eso, pero prefería quedar mal a tener que enfrentarme a un Lucas que había sido testigo de mi revelación de medianoche. -Sylvian, hermanito de Marie, cásate conmigo. ¿DiMarco, dices? No, mi único esposo sois tú y esa tableta que escondes detrás de Ivy.

_Karen. Sé que estás despierta. -susurró en mi oído el idiota de Friator. - Te he escuchado, y tranquila, te dejo descubrirme todo lo que quieras.

Ah.

Ahh.

Ahhh...

¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHH!!!!

¡¿QUIEN ERA ÉSE Y QUÉ HABIA HECHO CON EL LUCAS FRIO DE SIEMPRE?!

Sentí un calor horrible en las mejillas, aunque me obligué a mantenerme con los ojos cerrados.

_¿Oh? ¿Sigues empeñada en hacerme creer que estás dormida? ¿Jugamos, princesa?- su voz sonaba distinta. DiMarco normalmente no era así. Tenía un tono totalmente diferente al habitual. Sonaba... Como un Don Juan seductor y ligón.

Love MotionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora