El plan: Star.

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Narrador:

Karen ya había cumplido su parte. Ahora tan sólo quedaban Stre y Marie.

Star estaba sin palabras. No podía describir lo que sentía o pensaba. La rizada había hecho algo increíble.

Desnuda se había puesto a bailar y cantar. Y lo peor de todo. DiMarco había salido de pronto a «rescatarla». Eso había sorprendido notablemente a la italiana que ansiaba descubrir qué unía a esos dos. Desde luego, familiares no eran. Si bien lo pensaba, Star lo desconocía todo acerca de Karen. No sabía de donde venía ni conocía su empresa, su casa... Todo lo que se relacionaba a K era su nacionalidad (americana) y que siempre iba a Spencer con Lucas.

Lucas...

Otra vez él. 

«Tendré que investigarlo.» -se dijo a sí misma. La curiosidad la mataba. Necesitaba saber qué se escondía detrás de lo que DiMarco había hecho. Había gritado. Su eterna calma había sucumbido bajo la “Situación Vergüenza" de su amiga.

Era demasiado sospechoso.

Entonces, Star recordó algo. Ahora le tocaba a ella.

Era su turno. Su humillación tenía que estar a la altura de la de la rizada. 

Nerviosa miró a su alrededor, buscando a Marie o a Ivy. Tenían que ayudarla. No se le ocurría nada. ¿Qué hacer?

Además su orgullo le impedía realizar ninguna estupidez.

No quería ser el centro de atención, ni quería que los demás se burlaran de ella. Pero, por Ivy haría cualquier cosa. Por sus amigas lo intentaría todo.

Perdida en medio de la pista de baile, Stre suspiró. La fiesta había vuelto a ponerse en marcha, y muchos invitados mostraban sus habilidades justo donde ella estaba. No podía moverse bien, ya que allá donde iba, un cuerpo le tapaba la salida.

Irritada, se tragó las ganas de gritar un «¡Apartaos!» y se buscó como pudo un hueco entre los bailarines.

Unos 10 minutos después (y tras haber sido pisada innumerables veces), Star consiguió salir de la pista. Ya fuera, con una sonrisa de suficiencia, giró la cabeza por encima de su hombro derecho, lanzándole a todos los danzantes una mirada de superioridad.

_¡Já... Kiah! -chilló, aunque por el elevado tono de la música a su alrededor, nadie la oyó.

Star había chocado contra un chico que fuera de la aglomeración, bailaba. Bueno, había no sólo chocado, sino caído también, y desde el suelo observaba indignada al muchacho que seguía bailando.

_¡Tú... Idiota! -dijo ella, levantándose. Él no la había ayudado, ni siquiera se había dado cuenta de su estrepitosa caída. -¡Me has tirado al suelo! ¡¡Pelirrojo!!

Y en ese momento él al fin se fijó en Stre. Sus claros ojos de color miel se posaron en ella, y en una especie de pequeña pizarra que llevaba (¿De dónde demonios ha sacado eso? -se preguntó la italiana. ), escribió con una caligrafía perfecta:

_Yo NO soy pelirrojo.

Ella no entendía nada. ¿Por qué no le hablaba? ¡Le escribía! ¿Acaso pensaba que no se merecía ser hablada por él? ¿Tan alta era su vanidad?

El caso es que Star estaba enfadada. Ese chico la ponía de mal humor y no sabía por qué.

_Para mí, la palabra “pelirrojo" es un insulto. -Le contestó ella, con voz cortante. - PELIRROJO.-añadió con voz chillona.

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