Jamás despertaré

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N.Ken

Esto es nuevo para mi, es decir, estoy ya hace dos meses en este hospital y aún no quieren decirme cuando saldré de aquí, ni siquiera quieren decirme que cojones es lo que tengo y eso me jode demasiado.

Mi madre y Ravi seguían viniendo todos los días, me traían comida y otras cosas que eran necesarias como ropa y cosas entre el montón.
Aquellos dolores de cabeza se hacían constantes y molestos, ya no sabía que hacer con ellos.

Después de haberme perdido entre tantos sentimientos, algo me devolvió a la realidad. Ravi había traído mi almuerzo y eso significaba que él nuevamente había faltado a clases.

—Kim Won Sik, ¿Qué rayos te he dicho sobre faltar?, Sé que quieres cuidarme pero, ¿tus estudios?, Ellos también son importantes. Estaba un tanto molesto con él ya que tampoco quería decirme mi estado pero, después de todo es mi novio.

—Ken~Ah, te he dicho que no te preocupes después de todo estoy aprobando las materias. Suspiró nuevamente y coloco las bandejas de un color rojo apiladas una arriba de la otra en la mesilla a mi lado.

—Aún así, deberías dejar de preocuparte tanto. Mis palabras salieron un tanto frías de mi, pero..No podía dejar pasar el simple echo de que él no me dijera si estoy grave o no, me enferma.

Un golpe seco se escuchó en la mesilla a mi lado, me sorprendió un poco he hizo que pegara un salto en el lugar.

—¿Qué mierda te anda pasando?, Me está tocando mucho los cojones que estés tan estúpido. La mirada de Won Sik me asustó un poco, hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

—¿Qué mierda me pasa a mi?, Que te pasa a ti..Andas escondiendo mi puto estado, quiero saber si llego a morirme hoy, mañana, pasado, dentro de un mes, incluso en unas horas, quiero saber que rayos tengo y tú no me permites ese simple deseo. Mi respiración no era estable, me estaba alterando y eso no era bueno.

—Sólo quiero cuidarte, ¿acaso te molesta que te cuide?. El tono de Ravi había decaído, sabia que no debía alterarme así.

—¿Crees que al ocultarme mi estado me estás cuidando?, ¿acaso crees eso?, Pues es todo lo contrario..haces que me sienta peor cada noche y que no pueda parar de llorar pensando en que tengo, mi corazón duele y siento que algo está mal conmigo pero nadie me da una mínima pista.. Maldición. Empecé a llorar, lágrimas se adueñaban de mis mejillas y mi respiración lastimosamente se había ido por las nubes, no sé qué  hacer.

—Ken... Cálmate, créeme que si no te lo digo estoy cuidándote de una y muchas más maneras. Él se acercó a mí y me abrazó, sus brazos eran tan cálidos.

Después de minutos él logró calmarme, siempre era él el que calmaba mi angustia y a veces me hacía sentir como si fuera amado realmente por alguien.
Recuerdo que a veces se acostaba a mi lado en esta camilla en la cual sólo entraba una persona, me acurrucaba contra su pecho y ahí, en ese momento yo, podía sentir su latir, su corazón latía tan rápido y con eso, me demostraba todo su amor, con ese simple gesto sabía que en él, yo, alteraba todos sus sentidos.

—Sabes que te amo Ken..Quiero cuidarte se que está mal no decirte pero, realmente no quiero que te angusties..No quiero verte triste, cada vez que te veo llorar, podría jurar que mi corazón se quiebra un poco más, quiero verte sonreír, quiero ver que logres dormir una puta noche, quiero ser feliz junto a ti por que eres lo único que en este mundo me importa.  Acariciaba mis brazos y besaba mis labios cada vez que podía, a veces nos quedábamos mirando fijamente pero esto no duraba mucho.

—Lo sé. Mi voz era débil, más bien, todo en mi ya era débil.
—Sé muy bien que deseas cuidarme, sé que yo lo soy todo para ti como tú lo eres para mí, solo que me pone realmente mal no saber de mí salud..Entiéndeme a mi también, ¿qué tal si pasa lo peor y no puedo decirte cuánto me gustas y cuanto te amo?, Mira si muero mañana, ¿qué pasaría si no logro agradecerte por todo lo que estás haciendo por mi, creo que jamás me perdonaría no haberte dicho cuanto te amo. Dirigí mi mirada hacía abajo y suspiré.

Sentí mi rostro ser elevado por las manos de Ravi, las cuales envolvieron mi rostro en ellas y así hicieron que pudiera mirarle, sus ojos emanaban alegría y una pizca de amor.
—Si tanto deseas decirme cuánto me amas, ¿por qué no empiezas ahora?, No...¿por qué no empezamos ahora?, Creo que yo también quiero decirte lo mucho que me haces falta y lo horrible que es no poder sacarte de mi cabeza. Sonrió y juntó nuestros labios, dándome tiernos besos.

Mi vista empezó a nublarse, pero esta vez no era por que me desmayaría o algo así, si no que estaba feliz..Las palabras que Ravi había dicho me habían puesto muy felices y mis lágrimas demostraban aquello, estaba demasiado feliz.
Él besaba mi cuello lentamente y lo mordía, haciéndome jadear un poco pero se sentía tan bien..Hace bastante no lo hacíamos y eso me estaba matando bastante.

Mordía mi oreja de vez en cuando y susurraba siempre que lo hacía palabras un poco pasadas de nivel pero, esas son solo palabras que él y yo debemos saber al menos en está noche.
Aquella noche no hicimos nada de nada, pero me puse feliz al saber que mi querido rey me protegió a pesar de que esté prohibido hacerlo, por él simple echo de que él es un rey y yo solo su simple peón, dos pequeñas piezas de juego que rompen las reglas de éste sólo para estar juntos, solo para escapar un poco de las demás piezas y de aquel agobiante tablero.

//Hace rato que no piso estas tierras pero, me a llegado hoy la inspiración y joder, ¿por qué no?//.

Gracias.

Esclavo serás. (Raken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora