A BRUCE

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Eras un niño amargado
que siempre tenía un helado
en la mano.

Te sonreía sin cesar
al pasar por tu lado
y vos sólo llorabas.
Quizás reconocías
el aura oscura
que me rodeaba.

A tú mamá le agradaba
mi compañía,
y le encantaban las rosas
que todas las mañanas sin falta
le regalaba.

Vos solo llorabas,
veías mi cara y gritabas,
veías las rosas rojas en la mesada
y huías.
Como un niño
que predecía el futuro,
o tan solo un niño astuto.

Perdón pequeño,
realmente me arrepiento.
Todavía escucho tu llanto
al irme a dormir,
escucho tu respiración agitada,
las lágrimas correr por tu cara.

Bruce, prometo llevarte un helado
al cementerio,
y también prometo
no darle más rosas
(algo que odiabas)
a la odiosa de tú madre
que todavía llora
sola,
con una foto tuya
agarrada con fuerza en las manos,
quizás deseando volver en el tiempo
para tener de vuelta a su pequeño.

Poemas cubiertos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora