A ANA

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Me gusta el orden,
podría decir que demasiado
y vos eras la indicada
cuando llegaste a mis manos.

Lindos libros
fue lo que te dije al oído,
caíste en mis garras
y sólo me gastaste un soplido.

También te gustaba el orden
y el color marrón
como el de mis ojos,
aunque son más claros.

Te digo la verdad,
me agradabas,
pero sabías mucho
y eso no me convenía.

Hacías todo lo que te decía,
hasta me ayudaste a matar
a ese policía.

Perdón Ana,
no quise hacerlo realmente.
Tus ojos verdes
me cautivaron,
pero el amor nunca puede cambiar
a alguien como yo.

Una vez al mes voy a tu tumba,
a dejarte libros nuevos,
ojalá puedas leerlos
donde sea que estés.

Antes de irme te digo una cosa más
quizás
el próximo mes
no me veas en tu tumba,
porque ya no me importas.

Poemas cubiertos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora