A EL QUE ENCUENTRE ESTAS CARTAS

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No se quién sos
ni como llegaron tus manos
a tomar estos blancos papeles,
espero que los cuides
y hagas que lleguen
a los ojos de alguien más.

Tengo la mente podrida,
los pensamientos incesantes
no me dejan descansar en paz.
Sólo quiero ser perdonado
por las casi cien almas
que me he robado.

Ahora estoy tirado
en el putrefacto suelo,
esperando que mis enemigos
lleguen a donde estoy.
Si la policía llega primero,
entonces iré preso.
Si la muerte decide apurarse
entonces me ahogaré
en el infierno.

Lo que sea primero,
lo que el universo decida
para mi final.

La sangre que corre por mis muñecas
está bañando las sábanas negras.
Las lágrimas de odio y frustración
inundan el lago efímero
en el que algún momento
nadé.

Lo que el destino depare
lo aceptaré,
tan solo quiero que alguien
decida por mí
porque yo ya no sé qué hacer.

El fin,
el fin ha empezado
desde mucho antes
de comenzar a matar,
el fin empezó cuando me perdí
a mi mismo.
Ahora ya estoy muerto
perdido
ahogado
no importa que esté respirando
ahora ya no existo.
Soy sólo alguien más
en este maldito mundo helado.

Lleno de secretos
que quiero escribir
para que sepan más
de esta persona horrible
en la que me convertí,

Esta carta se encontró incompleta, tirada junto a todas las demás en el suelo de una escalofriante casa abandonada, nunca se supo quién llegó primero a él ¿la muerte o los policías? de todas formas moriría en algún momento. O quizás nunca, como su esencia, que quedó encerrada dentro de todas esas palabras incoherentes que gritaban disculpas al mismo tiempo que susurraban satisfacción. ¿Realmente importa si murió? En este punto, no sabemos si existe una realidad alternativa donde nunca mató, donde nunca fue encontrado por ninguno de los dos finales, o donde nisiquiera existió.

Al igual que se desconoce su muerte, se desconoce su nombre, pero algo que no se desconoce es la mitad de su historia, manchada de sangre, y en donde sea que esté él, mil secretos más lleva consigo que fueron callados por el destino, y nunca llegarán a tus ojos ni a tus oídos.

Poemas cubiertos de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora