Capitulo 2.

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Sofia camino hacia la cafetería, compro algo de comer y cuando se giro para ir a una mesa, vio a sus amigas en una mesa del centro, ellas la miraron y le hicieron sellas de que se fuera a sentar con ellas.

— ¿Porque nunca puedo estar sola?- Comento Sofia en él transcurso a la mesa.

Al llegar se sentó, y vio lo que ambas chicas comían. Paola como siempre, se quería creer la más linda y sexy de la escuela, así que siempre se compraba una paleta color rojo, y eso era lo único que comía; y Fanny, bueno ella siempre se compraba unas papas fritas, siempre; luego se quejaba de porque le salían tantos barros y espinillas en la cara. Pero, ahí estaba la razón.

Sofia se había comprado una hamburguesa, eran buenas, aunque no tenían todo lo que a ella le gustaba, como la lechuga, él gitomate, y todo lo demás. Paola la observó con asco y se metió la paleta a la boca.

— ¿Tienes algún problema?- Sofia intento bromear.

— ¿Que?, no.- Dijo Paola, con la paleta en la boca.

Sofia continuo comiendo; Paola se levanto de la mesa, y las dos chicas la miraron, ella se giro sin dejar de caminar y les sonrió; se dirigía a la barra de comida. No sabían para que, pero mientras mas se fue acercando, lo que iba a hacer era obvio. Se detuvo frente un chico, no muy atractivo para Sofia como para Fanny; Paola comenzó a reír junto con él, y mientras lo hacia sacaba y metía su paleta discretamente a su boca; era lo que siempre hacia cuando estaba con un chico.

— Es genial, ¿no?- Pregunto Fanny.

— ¿Que?- Sofia río.

— Ya sabes. Para ella es totalmente fácil estar con un chico, a mi nadie me quiere.- Dijo Fanny con un gran sentimiento de tristeza.

— Si, nadie te quiere.- Dijo sarcástica.- Le gustas a Dilan, Alfonso, Daniel y Alejandro.- Dijo Sofia, dando notar que lo que decía era mentira, pura mentira.

— Si, pero Dilan, es un medio hombre- Dijo refiriéndose a que era muy pequeño.-, Alfonso era novio de mi amiga Cristina, y los demás no me importan.

— Bueno, yo te di opciones.- Dijo Sofia rindiéndose por completo.

Sonó él timbre y Sofia salio de la cafetería para dirigirse a su taller, que era la ultima clase de ese día, y lo mejor de todo era que también le tocaba con Fernando. Se fue a su casillero y saco lo que necesitaría para esa clase; las chicas se despidieron de ella. Faltaban unos diez o quince minutos para que tuviera que entrar a clase, así que comenzó a arreglar su casillero que estaba hecho un basurero completo. Llegaba a pensar, que su casillero resumía, literalmente, su vida en ese instante.

— Hola.- Esa voz le pareció conocida, así que se giro para averiguar quien la llamaba, y al girarse sus ojos se quedaron mirando los bellos ojos avellana de Fernando.

— Hola.- Dijo nerviosa.

— Con que, tu casillero resume tu vida, ¿o solo cosas materiales de ella?- Pregunto Fernando. Nunca pensó que ese tipo de comentario podía llegar a sonar tan lindo viniendo de otra persona, pero de él era diferente, la forma en lo que decía, y su voz encajaba perfecto.

— Podría decirse que mi vida entera.- Se río junto con él.

— ¿Hasta en él amor?- Dijo con una sonrisa; las mejillas de Sofia ardieron.

— Bueno, pues, si te soy sincera, si.- Sonrió.

— Oye, Sofia, tu, tal ves quisieras que te acompañe a taller.- Dijo él nervioso.

Sofia lo miro; no se lo podía creer, él chico por él cual ella deseaba la invitaba a irse a clase juntos, era genial. Dejo sus cosas en su casillero, intentando que se viera un poco menos desordenado, y lo cerro.

— Claro.- Dijo ella muy naturalmente, cuando en realidad, por dentro estaba saltando de alegría; quería reírse lo mas que pusiese, pero temía a que Fernando sospechara lo que sentía por él, pero no tenia porque, él la había invitado a acompañarla; y si, tal ves no era mucho, ¿pero cuales serian las señales por las cuales él la quería acompañar?

Sofia. Una Nueva Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora