Chapter 2

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Deje el dinero que debía, y las dos salimos rápidamente de ahí, tomamos el primer taxi que encontramos, era exactamente igual que la primera vez que nos vimos, que hablamos y que salimos prácticamente corriendo del bar dirigiéndonos en ese entonces a su departamento, solo que esta vez íbamos a nuestro hogar.

Estábamos en la parte trasera, no dejábamos de besarnos y tocarnos, al parecer sea lo que sea que estábamos perdiendo, estaba floreciendo de nuevo, pero había algo en su olor y sabor que me hacían excitar de una manera que nunca me había pasado, besaba su cuello haciendo que de su hermosa boca rosada salieran suspiros.

No tardamos mucho en llegar a nuestra casa, le pague al taxi y entramos a trompicones a la casa, porque no podíamos dejar de besarnos, cuando llegamos a nuestra habitación, las dos nos encontrábamos sin ninguna prenda que nos separara de sentir nuestras pieles.

Poco a poco la fui recostando, me puso sobre ella y la bese de nuevo, mientras mis manos estaban en sus piernas acariciándolas, y las de ella se encontraban en mi espalda, e iban bajando poco a poco hasta situarse en mi trasero el cual apretó, cuando le mordí el pulso de su cuello, seguí bajando mis besos por su cuello, hasta llegar a sus senos, eso hermosos senos blancos con sus pezones rosaditos, de los cuales era adicta, los bese tiernamente para después meterme uno en mi boca donde chupe y mordí haciendo que se retorciera de placer bajo de mí, mientras sentía sus uñas en mi espalda.

Cuando termine con un pecho, me fui con el otro hacer el mismo procedimiento, mientras mi mano bajo hasta su centro donde me pude dar cuenta que estaba completamente mojada y era por mí, por mi toque, por mis besos, por mí y nada más que por mí.

Empecé acariciarla ahí en su centro, dos de mis dedos de posaron encima de ese pequeño montículo de carne, que estaba completamente erecto y fuera de su capullito, lo acaricie despacio haciendo que mi mujer se retorciera y empezará a gemir fuertemente, sin que me diera cuenta ella había bajado su manos, y con ellas había tomado mi miembro completamente erecto, empezó a masajearlo haciéndome gemir, es que Quinn era un experta en hacerme sentir así, mientras ella me seguía acariciando mi miembro de arriba hacia abajo, me estaba haciendo perder la conciencia, me estaba matando.

-me estas matando-le dije

-Lo sé-me contesto agitadamente -te necesito-me suplico

Al escucharla decir eso, no quería hacerla esperar, por lo que me acomode entre sus piernas, tome mi pene entre mis manos y pase la cabecita entre los pliegues calientes de mi mujer que al sentirlo se retorció bajo de mí, dirigí mi miembro a la entrada de mi chica, y poco a poco fui entrando en ella, vi su rostro y tenía los ojos cerrados, mientras se mordía el labio inferior, por el placer que estaba sintiendo.

- ¿Estas bien?-le pregunte, quería saber para empezar a moverme sin lastimarla

-Sí, muévete-me ordeno

Y así lo hice empecé bombear de adentro hacia afuera, la penetraba firmemente pero suave, era una delicia estar dentro de ella, se sentía completamente cálido, seguía moviéndome dentro de ella, ella me apretaba el trasero haciendo que entrara más dentro de ella, y a mí me encantaba .

Casi ya no podía moverme porque sus paredes me empezaban apretar, y era una sensación maravillosa, seguí bombeando, hasta que sentí como se contraía su interior y apretaba a mi pene fuertemente, y ella soltaba un gran gemido y mi nombre salió de us hermosos labios, yo me moví unas dos veces más hasta que llegue y descargue toda mi esencia dentro de ella, caí encima de Quinn cansada.

Nunca me salí de ella, quería quedarme así con ella, sentí como ella relajaba su respiración que estaba agitada.

- ¿No piensas salir de mi?-me pregunto, yo solo negué - ¿Por qué no?-me miro

-Porque quiero estar así dentro de ti, siempre-le miro a los ojos

-Rach, amor...-me llama, y cuando lo hace me doy cuenta de algo

-Quinn yo... yo no use nada-digo saliendo de ella y giro para dejarme caer en la cama

- ¿De qué hablas?-me pregunta y voltea verme yo tengo las manos en la cara

-De que no use nada, nada de protección Quinn-le decia y ella me miraba confundida -me refiero a que tu no estas con las anticonceptivas-le recuerdo ella me mira - ¿recuerdas? La doctora te las suspendió, y ahora no hemos usado nada-le explico, ella me mira y sonríe-no estas preocupada ¿Por qué?-le pregunto, ella me sonríe de nuevo y toma mi mano y se la lleva a su abdomen plano

-Porque no es necesario-me sonríe, al sentir donde estaba mi mano mis ojos se abrieron grandemente

-estas... estas... ¿estas embarazada?-pregunte con un hilo de voz

-sí, estoy esperando un bebe-me confirmo, mis ojos se llenaron de lágrimas

-un bebe, un bebe nuestro-le acariciaba el vientre

-si un bebe nuestro-me confirmo

- ¿Cuándo te enteraste?-le pregunto

-Ese fue el motivo por el que llegue tarde, fui a recoger los resultados de los análisis-me informo

-lo siento Quinn, está por pedirte el divorcio y mira esto, un bebe-le sonrió, estoy feliz

-no te preocupes, es normal que lo llegaras a pensar, hemos dejado de hacer tantas cosas, pero podemos arreglarlo, solo tenemos que darnos tiempo de todo para todo y poner prioridades, y ahora la prioridad de las dos es este ser que está creciendo dentro de mí-me mira con amor

-Te amo Quinn-le confieso

-yo también te amo-me dice

-te prometo que desde ahora intentare pasar más tiempo aquí, contigo con nuestro bebe, si no es posible entonces dejare ese trabajo que me ha traído muchos problemas-le contaba

-No, Rachel no puedes hacer eso-me dijo -tu amas estar en Broadway siempre ha sido tu sueño estar donde has llegado-me sonrió

-sí, ese era mi sueño, pero lo conseguí, ahora mi único sueño eres tú y mi bebe-le sonrió -te amo y te amare siempre mi amor-le beso

-yo también mi morena-me vuelve a besar.

El ese beso se volvió más pasional donde rienda suelta a otra entrega de almas, donde nos convertimos una vez más en una sola.

POV Nadie

Ahora solo esperar que les deparaba el mañana, y el futuro ahora no solo era ellas si no que había un pequeño ser creciendo dentro del vientre de la rubia, un pequeño ser que venía a unirlas más un lazo que no se podría romper jamás.

Tal vez este no es el final, si no el comienzo de su familia

Tal Vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora