04.

221 30 2
                                    

De inmediato me levante de mi asiento, me acerqué a la ventanilla buscando verla con claridad, en ese momento el metro avanzó.

—Mierda—susurré.

Retrocedía en el amplió y largo espacio que tenía el metro, mientras que éste avanzaba.
Toda la gente me miraba confundida e incluso algunos reían.
Fue inútil correr hasta la parte trasera de aquel metro, no pude saber si era ella, suspiré y volví con frustración a mi asiento.

(...)

Al llegar a mi destino, baje de aquel metro, subí unas escaleras, donde por fin pude ver las calles de Port Talbot.
Por último espere un taxi para dirigirme a casa.

(...)

—¿Pero que coño te ha pasado?—me pregunto Joey al verme.

—¿De qué hablas?—pregunté desentendido.

—No, ni intentes ocultarlo, el moretón en la cara lo dice todo—reía.

—Bueno me dejarás pasar o te quedaras riendo ahí como tarado—dije con enojo, sinceramente no estaba de buenas.

—Eh, que yo no he tenido la culpa de que te hayan dado una paliza—me dio paso, y mientras se reía.

—También le he dado pelea,así que callate— respondí.

—Con que te has peleado—se asomó mi madre con los brazos cruzados.

—Mierda—susurré de nuevo.

—Disculpa—exclamó mi madre enojada.

—Nada, iré a mi habitación—suspiré y pase de ella.

—No hasta que me digas porque te peleaste—Me tomó del brazo.

La mire seriamente, y luego desvíe mi mirada a Joey, éste se fue a su habitación.

—Ellos han empezado, solo me defendí— murmuré.

—Con golpes no solucionas nada, debiste dar aviso al director—comentó.

—Eso es para cobardes—le grité.

Llevé mis manos a mi cabello alborotandolo con frustración, nunca le había gritado a mi madre.

—Lo siento mamá, no he tenido un buen día, necesito descansar—me disculpe con ella y subí a mi habitación.

Al entrar a mi habitación di un puertazo, y me tire a la cama.
Sólo quería calmarme, tomé un par de tranquilizantes esperando a que éstos me calmaran.

»Quedate« [Leondre Devries] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora