»Quedate« [Leondre Devries]

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Luego de que Annie se marchará, quise ir a visitar a Dennis puesto que aún era temprano , espere un taxi para dirigirme a su departamento.

(...)

Al llegar a éste le pagué al taxista y me adentré al edificio.
Entre al elevador y había olvidado el número de piso, me rasque la nuca e intenté recordarlo pero no podía recordar ese maldito número.

Salí del elevador y me dirigí con la recepcionista, ella me miró con una sonrisa.

-Me podría decir en que piso se encuentra Dennis Harper .- dije apenado.

Ella asintió y tecleo en su computadora. -Piso 5.. Habitación #126.- dijo con una sonrisa.

-Muchas gracias. - respondí con una sonrisa en el rostro y me dirigí al elevador.

Tecleé el número, no podía quedarme quieto, iba de un lado a otro, se me hacia grosero lo que había sucedido hoy, la cité en la cafetería pero Annie vino y no pudimos hablar.

Las puertas metálicas del elevador se abrieron, dejándome ver el gran pasillo, suspire y salí de éste, me acerqué a todas las puertas verificando el número de éstas, hasta que llegué a la correcta.

Di un leve golpe a la puerta, escuché la cerradura abrirse, y pude ver el rostro de Dennis.

-Leo, ¿qué haces aquí?. - preguntó con seriedad.

-Yo solo pasaba por aquí y quise disculparme..- decía pero la presencia de un chico me interrumpió; Dennis volteó atrás, ya que mi mirada no se apartaba de aquel chico.

-Sabes que no importa, por una parte es genial que esa chica te busque, porque te gusta...
¿Quieres acompañarnos?. - Preguntó con una sonrisa.

-Ah, no, tengo que volver a casa.- respondí avergonzado.

Camine a pasos lentos por el gran pasillo, hasta estar en el elevador.

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Ojala hubiera sabido que era la última vez que te vería.

Ojala te hubieras despedido.

Luego de aquella noche, habían pasado tres días desde que Denisse no aparecía, su departamento estaba vacío, así como había aparecido se había marchado, era tan misteriosa.

Estaba tan ansioso de haberla conocido en persona, aquella persona que me entendía y me aconsejaba.

¿cómo puede ser que de un día a otro me abandone?

-Ella aparecerá. -dijo Charlie acariciando mi espalda.

-No me daba buena espina ese chico.- susurré.

Charlie me miró confundido. -¿De qué chico hablas?.- preguntó aún con esa expresión

-No importa ya.-respondí levantándome del sillón.

Salí de casa, estaba furioso con ella, ni siquiera se había despedido de mí, mis ojos se cristalizaron, aquél nudo en la garganta que no sentía desde hace mucho... Volvió.