Capitulo 3

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Horas antes del encuentro...

— ¡No es justo! ¿Por qué se tiene que desmayar justo cuando la voy a conocer? — Se quejó nuevamente.

Valeria estaba de viaje por algunos lugares de Ámerica, ella solía estar siempre en contacto con el mundo humano, decía que eso era lo que le daba sentido a su aburrida vida en el castillo. Sin embargo, su viaje terminó cuando su informante del castillo, le avisó que la pequeña Annabelle había llegado antes de lo previsto.

Se olvidó de los detalles humanos como tomar el avión para llegar hasta el otro continente, ella era definitivamente más rápida que un avión. Estaba muy ilusionada por verla otra vez, aunque probablemente, ella no la recordase; pero, al mismo tiempo, se sabía preocupada por la situación. Algo no cuadraba con toda la información que había obtenido.

¿Dónde estaban los muchachos sí solo ella estaba en el castillo?

Se supone que Erick y Christopher estarían cuidando de ella, pero su informante no los había mencionado y había jurado no saber nada cuando Valeria preguntó por ellos. Eso solo significaba que las cosas habían salido mal, que los había obligado tomar nuevas estrategias. Seguro padre los envió a una misión de emergencia, fue lo que pensó como conclusión.

— No te impacientes, ya despertará. — Le respondió, su padre, en tono calmado.

— ¡Aun así sigue siendo injusto! — Volvió a quejarse innecesariamente. — Quiero decir, regresé lo más rápido que me fue posible para volver a verla y ella se desmaya justo cuando me ve. — Su padre no dijo nada. — Además, ¿cómo es que me tuve que enterar por alguien más que ella estaba en casa? Padre, ¿hay algo que necesite saber? — Pidió sin ser ruda, sabía que esas cosas no funcionaban con Klauss.

— Luego sabrás lo que tengas que saber. — A pesar de que su rostro no mostrara ningún indicio de alguna disconformidad, su voz sonaba poco segura. — Debo irme ahora. — Klauss comenzó a caminar hacia la salida. — Tengo una reunión urgente, por favor encárgate de ella. — Vio como una sonrisa traviesa se reflejaba en el rostro de la joven, y advirtió: — Solo no la veas sin mí, ya de por sí ha creado muchos malos entendidos.

La desilusión reemplazó al instante aquella sonrisa, había esperado tanto para poder abrazarla y recuperar el tiempo que no estuvieron juntas, ¿y su padre le pedía que esperara un poco más? Bufó, siendo consciente de que el Rey debía tener sus razones y, probablemente, esas razones estaban vinculadas al hecho de haberla traído así tan de repente.

Porque él la trajo, ¿no?, la cuestión paso por su mente.

— Es decir... ¿Tengo que esperar a que vuelvas? — Su padre asintió. — Pero...

— Valeria no voy a ceder en esto. — Le advirtió. — Será mejor que Annabelle esté en el castillo para cuando regrese.

— No es como que pueda escapar...— Murmuró creyendo que su comentario era tan improbable como estúpido. — Padre...— Fue detrás de él, al ver que se iba. — Al menos déjame saludarla. ¡Esas estúpidas reuniones tardan horas, no puedo esperar tanto! — Pidió olvidándose de algunas formalidades como la manera en la que se dirigía a todo lo relacionado con el consejo.

— Primero, ten cuidado con lo que dices... — Ella se dio cuenta de su error y agachó la cabeza.

— Lo siento. — Era irónico que justamente por su cargo no podía ir contra las reglas, muchas de las cuales estaba en contra.

— Segundo, no quiero que la asustes. — Ella abrió su boca formando una completa "O". Parecía un tanto indignada. — Sabes a lo que me refiero, — aclaró Klauss advirtiendo que no se trataba de su naturaleza o físico, asuntos con los que siempre lidiaba Valeria. — ella no te recuerda, Val. — Ese hecho le dolió más, pero no dijo ni hizo nada. — La asustarías con tanta efusividad sin razón, desde su punto de vista.

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