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La estruendosa risa de Shiro no tardó en inundar el aula B sin importar la fulminante mirada que su mejor amiga le daba.Las miradas curiosas de los demás alumnos que abandonaban el aula tras la pequeña presentación se posaron en ellos aunque ninguno de ellos se atrevió a acercarse a preguntar.Juliet sonrió nerviosa ante las miradas curiosas de sus compañeros antes de cansarse de la actitud de su mejor amigo y propinarle un buen puñetazo en su brazo haciéndole callar inmediatamente.

—Auch.—Se quejó Shiro.Dirigió su mirada molesta a ella.—¿Por qué has hecho eso?—Preguntó con resentimiento. Luego su rostro se suavizó mostrándose divertido.—Yo no tengo la culpa de que te confundieras de clase y que obligases al tutor del año pasado a cambiar tutoría con el tutor del grupo A.

—¡Yo no le obligué!—Exclamó Juliet a la defensiva.Shiro solo negó con la cabeza divertido y soltó una carcajada.—¡Fue él el que dimitió! —Añadió abriendo los brazos.Frunció el ceño al recordar las palabras y la reacción del tutor cuando ella le interrumpió.—Al parecer era demasiado para él...Es un exagerado.—Añadió con desdén para luego resoplar.

Shiro empezó a reír de nuevo ignorando otra vez la mirada fulminante de su mejor amiga.

—¿Sabes? Siempre pensé que los asiáticos eran gente respetuosa hasta que te conocí.

Shiro poco a poco dejó de reírse para clavar sus ojos negros achinados en los verde-azulados de ella.

—Vale,vale,ya paro...—Contestó alzando las manos en señal de inocencia.—Es solo que...la cara del tutor debió ser épica, me hubiese gustado verla.—Añadió con una pequeña sonrisa mientras apartaba unos mechones rubios de su cara.

Juliet rodó los ojos pero finalmente no pudo reprimir una sonrisa al recordar la reacción del tutor, eso sería algo que llevaría en sus recuerdos hasta el resto de sus días. Estaba deseando contarles esa anécdota a sus nietos aunque aún no los tuviera y ni tuviera novio.

—Venga, vayamos a tu habitación.—Dijo Shiro levantándose de su asiento para luego recoger las maletas de Juliet del suelo.—Y para que tus estereotipos sobre los asiáticos sigan intactos seré bueno y llevaré tus maletas.—Añadió con una sonrisa resplandeciente.

*Unos minutos después...*

—¿Sabes qué? ¡Olvídalo, lleva una de las maletas!—Dijo Shiro dejando ambas maletas en el suelo e intentando recuperar el aliento. Miró molesto a Juliet quien se encontraba a unos pasos delante de él.—¿Se puede saber que mierda llevas allí?

—Cosas que necesito.—Contestó Juliet secamente al recordar la pequeña discusión que había tenido esta mañana con su padre por las maletas y las pocas ganas que tenía de empezar otra con su mejor amigo.

Shiro frunció el ceño molesto ante su respuesta.

—Bien,como sea.—Contestó de la misma manera.—Lleva una.—Ordenó aunque más bien sonó como una súplica

A Juliet no le sorprendió su petición,lo único que llegó a sorprenderle fue la poca fuerza que su mejor amigo tenía.Ella había llevado esas maletas durante horas.Juliet se dirigió a paso ligero hacia Shiro y las maletas que descansaban a su lado,después de pensarlo durante unos segundos decidió llevar la que menos pesaba,al fin y al cabo Juliet no era tonta.

Consiguió dar unos cinco pasos antes de que Beverly,una de las chicas más atractivas del internado, se cruzara en su camino y Shiro le arrebatara la maleta a Juliet a la velocidad del rayo.

—¡Oh,Juliet,por favor! ¡Deja que yo lleve esa maleta!—Chilló exageradamente actuando aún peor que una piedra. Definitivamente era un actor pésimo.

—Pésimo.—Susurró Juliet con un brillo divertido en su mirada mientras Shiro agarraba su maleta.

—Cállate.—Ordenó inmediatamente en un tono apenas audible manteniendo una sonrisa falsa.Luego Beverly pasó con paso apresurado por su lado dejando helados a ambos al ver sus ojos llenos de temor y su rostro desencajado.

—La asustastes,idiota.—Le reprendió Juliet a su mejor amigo cuando al fin reaccionó con una cierta inseguridad que se reflejaba en su cuerpo.No estaba segura de que hubiese sido Shiro quien le había asustado pero ¿Quién si no? Ambos eran los únicos que se encontraban en el interminable pasillo y ella no había hecho nada.

Shiro abrió los ojos sorprendido y balbuceó algo que Juliet no llegó a entender para luego salir corriendo detrás de Beverly.

Cuando Juliet reaccionó Shiro desaparecía de su vista.Soltó un suspiro frustrado y clavó su mirada fastidiada en las dos pesadas maletas que se encontraban tiradas en el suelo.

—En fin,somos vosotras y yo de nuevo.—Comentó con desgana.Después de unos segundos estando observando las maletas con las esperanzas de haber adquirido algún tipo de superpoder que lograra mover las maletas con la mente suspiró resignada al darse cuenta de que no era el caso y las alzó del suelo con sus propias manos para luego comenzar a caminar hacia su habitación.Juliet había estado tan metida en las conversaciones que había tenido con su mejor amigo que no se dio cuenta que en algún momento ambos se quedaron solos en el largo y ahora siniestro pasillo del edificio residencial.Con paso apresurado intentó alejar de su mente todas las escenas similares a esta que estaba viviendo en las películas de terror,sin embargo un escalofrío no tardó en recorrer su columna vertebral dejándole una sensación desagradable y la paranoica sensación de que alguien,detrás de ella,le perforaba con la mirada.

Quizás,si hubiese conseguido el suficiente valor para girarse a comprobarlo,habría visto escondido entre las sombras a aquella persona que iba a convertir su vida en un infierno y,quizás,el mismo que se la arrebataría.

AndrewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora