Capitulo VIII- Sentimientos encontrados.

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*Pov Milo*

El ser interrumpido se a vuelto una costumbre, estaba cerca, tan cerca de besarlo, de igual manera que el francés me vestí con un pantalón negro y una camisa roja y salí a ver a los enanos...comienzo a pensar que fue mala idea traerlos.

-Hola Milo-me saludo el rubio.

-Hola...-lo salude sin mucho afán, estaba algo molesto.

-Cierto, maestro nos encontramos con un chico pelirrojo y nos pidió que le diéramos esto-el finlandés saco una caja de chocolates y un vino que por lo visto era muy caro.

-Niños debieron decirle al joven que el viniera, que pensarían los demás al ver que unos pequeños llevan alcohol...como sea-dejo las cosas en la mesa para después tomar un abrigo y una sombrilla, antes que pudiera salir lo detuve.

-A donde vas con esta lluvia?-lo tome del brazo y lo interrogue, esperando que mi enojo no fuera obvio...o mas bien mis celos?.

-Tengo que ir a verlo-no agrego mas, se veía que quería ir a verle.

-Ahora vuelvo, no me esperen-no dijo mas y salio, intente llamarle pero fue en vano.

Empuñe mis manos con tal fuerza que comenzaron a sangrar, comencé a desempuñar mi mano y observarla, salí lo antes posible para que los niños no me vieran, lave la herida la cual no dejaba de sangrar, así que me dispuse a vendarla con algunas vendas que encontré.

Ya era casi media noche y el no llegaba a casa, me quede sentado en la sala varias horas, claro estaba que aquellos dos ya estaban dormidos, escuche la puerta así que rápidamente fui a ver.

-Camus-me puse delante de el.

-Milo...que...que haces esperando?-su rostro mostraba confusión, estaba celoso de aquel chico pelirrojo que entusiasmaba a Camus...

-Da igual-solté un suspiro y me di la vuelta-Me iré a dormir estoy cansado-dije para después caminar hacia el cuarto y cambiarme, me quede dormido así que no supe en que momento el francés se fue a dormir, solo pude observar cuando me desperté a Camus dormido a mi lado, su cara angelical hizo que mi enojo hacia el se desvaneciera, me sonroje un poco al ver que el no llevaba camisa al igual que yo, intente voltear a otro lado pero no pude y lo tome del rostro y deposite un beso en su frente, quería que estuviera despierto para besarlo en sus hermosos labios rosas.

-Buenos días- aún esas palabras me conmovían y me era imposible enojarme más con él.

-Buenos días Camus- acaricie suavemente su mejilla acción que provocó que él se sonrojara.

-Ya no estas enojado conmigo por llegar tarde ayer- me miró inquietante esperando una respuesta.

-No claro que no Camus- le sonreí ante lo último mencionado.

-Es bueno oír eso- sus labios se curbearon, sentí como si me sonrojara un poco de igual forma Camus.

-Milo....-me llamo el hombre frente a mi.

-Dime- le sonreí para devolverle la mirada.

-Yo...am....realmente te gusto?- sus ojos volvieron a mirar me.

Me acerque a el y lo abracé-Camus hasta la pregunta ofende, ya que...-levante su rostro y profundise me mirada a el- Ya te había confesado mis sentimientos y si las palabras no bastan, entonces yo- era ahora o nunca debía besarlo, no cualquier beso, uno que demuestre lo que realmente siento.

*Flashback Camus *

El francés había llegado a la casa del pelirrojo, un poco temeroso al pensar que quizás su amigo no le abriera, aún no superaba lo de Simonne.

Maldito amor, maldito tu. (Milo X Camus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora