Nos alegramos ambos por nuestra primer semana juntos, dos semanas, tres semanas, y cuando estábamos por llegar al mes, tuve la gran idea de comprarle un collar, no me gustaba mucho el que ella tenía.
Fui a los lugares donde suelen ir todas las mujeres, y carajo que me sentía incómodo, todo era tan colorido, y yo con mi campera también de colores por aquél entonces, pero no como los de esas tiendas. Collares por $20 que eran horribles, un ahorro de plata si, pero necesitaba expresar mucho mas mi amor, apartando que había escrito una carta de dos hojas enteras. Decidí pasar por una joyería, y ahí aprendí cosas que puedo poner en práctica hoy en día, dudo hasta olvidarlos.
Quiero guardar el precio, porque algunas personas dicen que estaba completamente loco. Le compré una cadena de plata, brillosa, como sus ojos, y un corazón de tanzanita, derivación de otra piedra preciosa, preciosa cómo su figura, suave como su piel y con una textura perfecta, como sus manos.
La guardé por unos días y ella se engripó el día que cumplíamos un mes, así que tuve que visitarla en su casa. Y tenía todo planeado, esta vez iba a salir todo a la perfección, en su debido tiempo y momento.
Me abrió su mamá con malas ganas y me metí al cuarto de aquel entonces mi novia, la abracé sin saber mucho que decir, nunca había sentido algo tan fuerte, le di millones de besos y nos sentamos riéndonos de alegría.
"TENÉS UN BICHO EN TU PELO" le dije con un tono asustado, gritó, y me quise reír "Ya está, ya lo maté, mira era una especie de.." le dije, y en mi mano estaba el collar. Se tapó la boca y quisó gritar de la emoción, me abrazó y millones de "te amo" se escaparon de su corazón.
Me sentí tan vivo, podía hacer feliz a alguien, mi peor droga, me sentía capaz de todo.