Kyubi al rescate.

5.4K 225 120
                                    

El cielo nocturno era iluminado por las estrellas. Entre los árboles en medio de un bosque había una luz más que brindaba su brillo ante la oscuridad de la zona.

En un pequeño claro, frente a una fogata, se encontraba Naruto, bostezando y estirándose, mientras Sai dibujaba algo en su cuaderno, observando las estrellas, y Kurama, que dormitaba, movía las colas de vez en cuando, de manera inconsciente.

-¡Ah!- bostezó Naruto, haciendo que Kurama abriera un ojo, fastidiado- ¡La misión fue muy fácil-dattebayo!- sonrió, tirándose al césped, relajándose.

-Pudimos llevar a los comerciantes a su aldea por caminos seguros gracias a Kurama- sonrió Sai, observando al zorro, que bufó.

-Al menos hay uno que tiene las cosas claras- murmuró el zorro, mirando a Naruto, dejándolo quieto.

-¡Podríamos haber hecho el recorrido sin problemas con, o sin ti-dattebayo!- le aseguró el rubio, algo ofendido, mientras Kurama se estiraba, ignorándolo.

-Sí, sí, sí...- el zorro se acomodó nuevamente en el césped- ¿Cuántos días fueron está misión?-

-Mm... Me parece que tres- recordó Sai, continuando con su dibujo.

-Así que prepárate. Himawari te va a devolver los tres días de cariñitos que te perdiste-dattebayo- le aseguró Naruto, dándole unas palmaditas al fastidiado zorro, que, al pensar en lo pegadiza que se iba a poner la mocosa, se declaró que no tendría un descanso al llegar a la casa de su Jinchūriki.

-Al menos a me va a atender- mencionó Kurama, dejando en blanco al shinobi a su lado- No como a cierto padre idiota al que sus mocosos empiezan a ignorar- miró de reojo al rubio.

-¡N-No es justo!- Naruto se fue a un rincón, llorando, totalmente deprimido- ¡¿P-Por qué mis pequeños ángeles solo piensan en ti, en ti, en ti, y en ti, bola de pelos-dattebayo?!- se lamentó, dando puñetazos al piso- ¡Y-Y más encima mi Hinata le hace al maleducado de Kurama u-un cinturón ninja-dattebayo!- lloriqueó más aún.

-... Idiota...- Kurama lo quedó mirando, fastidiado, aunque no pudo evitar mirar de reojo el cinturón de suplementos de cuero café claro atado a su cintura, que solía llevar a las misiones, dado por la mujer de su compañero...

-Entonces, ¿así actúa un padre y marido celoso?- preguntó Sai, tomando notas.

-Tú también eres un caso especial- aseguró Kurama, más fastidiado.

-Bueno, nunca he sentido celos hacia Ino...- admitió Sai, sin dejar de sonreír.

-Claro, con lo vieja que es, ¿quién iría tras ella?- murmuró Kurama.

-... Y no siento que Inojin me deje a un lado cuando habla con Himawari-chan-aseguró el shinobi pálido, sin dejar de sonreír, y sin sorprenderse de que el Kyubi pusiera una de sus garras cerca de su cuello.

-¡¿Qué intentas insinuar?!- exigió saber Kurama, amenazantemente.

-Solo he dicho que no me siento alejado de Inojin, aunque él pase tiempo de calidad con Himawari-chan...-

-¡SERÁS UN DESGRACIADO...!- Kurama le da un zarpazo si este no sale con un reemplazo de tinta y aparece en la rama de un árbol cercano, sin mostrar sorpresa ante la reacción del zorro- ¡VEN AQUÍ! ¡Vamos a aclarar algo ahora, mocoso estúpido! ¡Que Himawari hable con tu hijo, NO SIGNIFICA QUE HABRÁ ALGO! ¡¿Entendiste?!- le gritó levantando el puño, con humo saliendo de su cabeza.

-¿Haber algo? ¿A los seis y siete años ya puede haber algo entre las personas?- se sorprendió levemente Sai, empezando a tomar nota, cabreando a Kurama.

Kyubi al rescateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora