Fear {Carl Grimes}

~Cap.6~ {Maratón 2/3}

Sus labios se movían rítmicamente al tempo que los míos. Él me rodeó la cintura con sus brazos y me acercó más a él.

Un torbellino de emociones recorrió mi cuerpo. Quería seguir ese beso.

Lentamente nos separamos y Carl soltó una pequeña risa al verme sonrojada.

-¿Te ha gustado?- preguntó con una mirada pícara.

-Pues no estoy segura... Quizás si lo repitieras...- respondí fingiendo estar confusa.

Él sonrió y al momento colocó suavemente una de sus manos en mi rostro y la otra en mi cintura.

-A ver si con este te consigo convencer...- murmuró a escasos centímetros de mi.

Juntó nuestros labios y un escalofrío recorrió mi espina dorsal.

Inconscientemente le rodeé el cuello con mis brazos y lo acerqué más a mi.

Se separó lentamente de mí y junto nuestras frentes.

Sonreí sonrojada y le miré a los ojos. De pronto ser escucharon los pasos de un caminante.

Saqué mi arco y apunté al caminante que se acercaba a nosotros. Disparé y se desplomó en el suelo.

-¡Hey, mira!- dije señalando una cabaña de madera.- Podríamos pasar la noche ahí.

Carl asintió seriamente. Para nada era el Carl de hace unos minutos.

-Vamos a ver si está limpia.

Nos acercamos e intentamos abrir la puerta. La puerta estaba muy bien cerrada y eso nos hizo perder media hora en intentos de abrirla.

Al final consegimos abrir la puerta y nos encontramos con un niño de unos seis años apuntandonos con una pistola mientras temblaba y nos miraba asustado.

-Hey pequeño- le llamé levantando las manos para que viera que no le heririamos.- No te vamos a hacer daño. Nosotros somos buenos.

El niño, con las manos temblorosas, bajó la pistola. Le sonreí y me agaché para estar a su altura.

-Hola, yo soy Addison y este es Carl, ¿como te llamas, pequeño?- le pregunté dulcemente.

-Soy... Soy James.- contestó todavía asustado.

-No estés asustado, nosostros te vamos a cuidar.- le dijo Carl sonriendo.

James sonrió y me abrazó del cuello. Le correspndí y me levanté con él entre mis brazos.

-Dime James, ¿dónde están tus papás?- pregunté acariciando su rubia cabellera.

-Los monstruos se los llevaron.- Carl y yo le miramos con pena.

-Bueno, no pasa nada, ahora nos tienes a nosotros.

James volvió a sonreír y yo le devolví la sonrisa tiernamente.

Bajé a James al suelo y le di la mano. Carl cerró la puerta y me agarró la mano que me quedaba libre.

Pareciamos una familia feliz fuera del apocalipsis.