•Capítulo 1• Hechos

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Imprimió el último recibo y cerró su computadora.

Estaba cansada. Las ocho ya habían pasado y el paisaje a través de la ventana se veía oscuro.
Saber que ahora volvería a casa y tendría que ponerse a preparar algo de comer, no hacía más que bajarle el ánimo.

Guardó todo en la carpeta y la metió en su bolso, buscando antes las llaves del auto.
Sus tacones sonaron cuando atravesó la habitación hasta la puerta y apagó la luz que permanecía aún tenue.
Se asustó cuando chocó con alguien más alto que ella y un par de manos la sostuvieron por los hombros.

-Oh cielos, me asustaste.-

-Lo siento, Pezz.- rió el hombre. -No te vi.-

-Está bien.- quiso alejarse. -Debería haber prendido la luz del pasillo de todas formas.- se encogió de hombros -Creí que ya no quedaba nadie.-

-Estaba trabajando con la portada del nuevo libro de Jensen.-

-Oh. ¿Ya está listo?-

-Sí. Creo que quedó bastante bien. ¿Lo queres ver?-

-Umm..- miró su reloj. Aún no eran las nueve, tenía tiempo para llegar a su casa. -De acuerdo.- terminó por aceptar y seguirlo a su despacho.

El hombre se puso a teclear en su computadora hasta que pronto apareció la portada. La foto tenía un buen ángulo y las luces jugaban para hacer resaltar el título. El único tono que protagonizaba ls portada era el azul y se veía realmente bien.

-Definitivamente esa portada tiene que gustarle a Jensen. Te quedó muy bien.- elogió el trabajo y sonrió.

-Gracias, Perrie.- devolvió la sonrisa. -Esperaba que te gustara.-

La rubia se sobresaltó cuando sintió una mano indiscreta subir por su muslo acariciando la piel a través de su media de red, queriendo llegar hasta su trasero por debajo de la falta.
No tardó en alejarse y detenerlo.

-Jared, no.-

-Perrie.. Vamos, sé que te gustó.- se acercó demasiado, encerrándola contra el escritorio. -No puedo olvidar lo bien que te veías acá.- tanteó la madera detrás suyo.

-Te dije que fue un error y que debías olvidarlo.- espetó, seria -Dejame salir.-

-Una vez más.- pidió -No hay nadie, estamos solos y..-

-Jared, dije que no. No quiero esto. Tengo una familia a la que amo. Tengo que irme.- lo empujó y salió apurada, afianzando su bolso y directo al auto, obviando los llamados por parte de aquel hombre.

Durante el camino a su casa intentó no pensar. No quería recordar lo sucedido. Se sentía una idiota, una mierda. Pensar en lo sucedido aquella noche le molestaba como una picazón horrible bajo la piel, y arrancársela era imposible.
No se sentía sucia, se sentía débil por haberse dejado llevar y que un hombre que no debía la tocara como se suponía que solo hacía una única persona. Una persona a la que había traicionado y sin excusa. Porque no importaba cuán cansada estaba o cuán rutinaria se había vuelto su vida, no tenía derecho a hacer lo que había hecho.
Quería olvidar y hacer como si nada hubiera pasado.

Las luces de su casa estaban prendidas y cuando estacionó el auto en la entrada pudo ver que el deportivo negro ya se hallaba ahí. Eso significaba que su marido tenía que haber llegado antes.

Entró y dejó las llaves sobre la mesa del living para caminar a la cocina, sorprendiéndose cuando lo vio de espaldas a ella con las manos en el horno.

-Llegaste antes.-

El hombre de cabello oscuro y hombros anchos volteó y le dirigió una tenue sonrisa.

Cheated Myself |Zerrie| • TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora