•Capítulo 10• Suegro

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<< No estoy follándome a nadie. >>

Las palabras de Zayn seguían en su cabeza.

Había jurado no haberse acostado con nadie, y probablemente fuera verdad.
Su ropa no tenía otro aroma más que su imponente colonia, sumamente masculina. Quizá solo un poco aún de la esencia del cigarrillo que jamás había ni podido ni querido dejar. Tanto su camisa, como los pantalones y el saco, eran exactamente los mismos con los que se había ido en la mañana. Y había observado su cuerpo semidesnudo mientras dormía, no había ninguna marca provocada por dientes, uñas o una boca succionadora.

¿Pero qué tal si no le había sido infiel, pero lo había planeado?

Recordaba sus palabras. "No pude entrar."

¿A dónde se suponía que tenía que entrar?

No podía pensar en otra cosa que no fuera el burdel.

Y se sentía pésimo. Porque si bien sabía que ella le había hecho lo mismo que ella ahora temía que él hiciera, no podía dejar de cuestionarse qué tan lejos llegaba su hipocresía.
Sus pensamientos no eran justos para él. No eran justos para nadie.

Él confiaba en ella, siempre lo había hecho, incluso cuando él podría acusarla de infiel y tener razón. Así que tenía que confiar en él.
Se lo debía.

Zayn no le haría eso.

-Esta noche tenemos el cumpleaños de mi padre, ¿recordas?- asomó el hombre.

-Cierto.- asintió -¿Salimos a las ocho?-

-Sí. Voy a avisarle a Audrey.-

• • •

-Me gustan tus zapatos.- halagó su hija mientras esperaban que abrieran las puertas de la casa.

-Gracias, cielo.- le sonrió. -Cuando entremos andá a saludar a tu tía Eleanor, muere por verte.-

-Sí.- exclamó contenta -Dijo que me tenía un regalo.-

No resultaba extraño; Eleanor adoraba a Audrey y amaba aún más el comprarle ropa a la moda.

-Miren miren quién llegó.- la puerta se abrió acompañada de la voz rasposa característica de un importante EPOC.

El padre de Zayn estaba frente a ellos. Sonriendo de aquella forma que Perrie aún no lograba apreciar.

-Abuelo.- la adolescente no dudó en abrazarlo -Feliz cumpleaños.-

-Hola preciosa.- correspondió -¿Cómo estás?-

-De maravilla.-

-Hola Perrie.- saludó cuando su nieta desapareció dentro de la casa.

-Hola Yaser.-

-Feliz cumpleaños, papá.-

-Gracias hijo.- palmeó su hombro -Vamos a entrar, sé que a tu mujer no le gusta esperar fuera.- comentó, socarrón.

Esa noche sería larga.

• • •

-Entonces, linda, ¿whisky?- el hombre sentado en su sillón, de espaldas a ella, preguntaba.

-Sí.- asintió, caminando dentro de la habitación.

-Supongo que no estás acá para desearme feliz cumpleaños o tomar de mi whisky.- concluyó a la vez que ella se sentaba frente a él.

-No.- negó.

-Bien. Te escucho.- le tendió el vaso.

-No quiero que te metas en mi matrimonio.- habló -Zayn no es como vos, y lo estás mal influenciándolo.-

-Entiendo. Esto es por el burdel.- sonrió -Perrie, sos una mujer hermosa. Te conozco hace casi veinte años y realmente admiro lo bien que siempre te has visto; me alegra muchísimo por mi hijo que tenga en casa a una mujer caliente.- no le importó cómo ella arrugaba la nariz ante su comentario -Pero creo fielmente en que los hombres merecemos tener lo que queremos cuando queremos. Follar es necesario, y lo sabes. Zayn no lo está teniendo, ¿Por qué? ¿Tenés un amante y por eso estás sin ganas?-

-No tengo ningún amante.- gruñó.

Jared no era su amante. Solo la había tocado una vez, eso no lo hacía su amante.

-Entonces ya no tenes ánimos de acostarte con mi hijo.- concluyó -Yo les ofrezco una opción para mantener su matrimonio. Muchas de mis chicas estarían encantadas de pasar horas en un cuarto con Zayn, y él podría descargarse lo suficiente como para ya no tener problemas en casa.-

-La sexualidad de mi matrimonio no debería ser de su importancia. Y de todas formas, si tanto te interesa, yo amo a mi marido tanto como lo deseo.-

-¿Entonces por qué le negas tu lindo cuerpo?-

-No tengo por qué darte explicaciones. Pero ofreciéndole a tus putas estar con él, no ayudas.-

-Zayn es mi único hijo hombre. Es mi primogénito. Quiero que él viva la buena vida.-

-La buena vida no consiste solamente en cambiar de mujer cada vez que se cansa.-

-Depende cada uno. Pero si él va a permanecer con una única mujer, espero que al menos la pase bien.-

-Ya no te metas.- pidió.

-Si te hace sentir más tranquila, todavía no tuvo el privilegio de follarse a una de mis chicas.- sonrió una vez más -Pero no va a durar mucho así si seguís necia.-

-¿Perrie?-

La puerta del estudio se abrió mostrando a su marido, algo confundido de encontrarla sola con su padre.

-Hijo.- su padre levantó su vaso -¿Whisky?-

-No, gracias.- negó -¿Qué hacían acá?-

-Nada. Quería mostrarle a tu mujer mi nueva colección de libros. Clásicos originales. Sabía que iba a encantarle.-

-Sí, muy buena elección, debo aceptar.- sonrió Perrie ya de pie.

-Oh. Bien.-

-Así es. Pero ahora ¿por qué no bajamos? Mia va a enojarse si nota que los tres estamos acá y dejamos al resto solos.- mencionó mientras los dirigía hasta el pasillo.

-Fue raro verte en un mismo cuarto con mi padre, sé lo mucho que te molesta su machismo.- rió mientras una de sus manos le rodeaba la cintura, cuando ya estaban entre el resto de la gente.

-No puedo ser mala con mi suegro.- respondió suave.

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Espero que les haya gustado. Muchas gracias por los votos y comentarios, por favor no dejen de hacerlos.

Good Night

Cheated Myself |Zerrie| • TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora