Capítulo 2

116 15 3
                                    

POV de Sunhee

Me desperté al notar que alguien me tocaba ligeramente y me removí incómoda. Era sábado, ¿Quién me molestaba a estas horas? Después de insistir un poco abrí los ojos pero no vi a nadie, ¿Lo habría imaginado? Miré mi despertador dándome cuenta de que eran las ocho y pico y llegaba tarde a clases particulares.

—¡Mierda! —Salté de mi cama, me vestí rápidamente y salí lo más rápido que pude de casa. Iba más o menos bien de tiempo, por suerte. De camino aproveché para comer el bocata del día anterior que llevaba en la mochila y llegué sin problemas. La clase fue tan lenta como siempre, la profesora me dio un papel con ecuaciones para que lo corrigiera pero mi compañero lo tomó antes que yo para molestarme. A pesar de mis quejas y las de la profesora no me lo devolvió hasta que se quejó mirando detrás suyo.

—Au, alguien me ha golpeado... —Dijo el chico sobándose el supuesto lugar en el que fue golpeado. Me burlé de él cogiéndole el papel y poniéndome a hacer mi tarea.

Al llegar a casa cansada decidí prepararme un café. Encendí la máquina de hacer cafés y de mientras alcancé una taza del armario. Al volver a la máquina la encontré parada, volví a encenderla para después ir a por la leche y al girarme volvía a estar parada. Resoplé cansada y me puse la leche en la taza pero esta se movió de golpe y derramé el líquido. Miré al techo cansada con intención de quejarme cuando de pronto entró mi hermano, tirándome uno de mis sujetadores a la cara.

—¿Qué haces con mi sujetador? ¿Sabes lo mucho que lo busqué? Creía que mamá me lo había perdido. Guarro...

—¿Qué dices niñata? Estaba en mi cuarto, yo qué sé qué hacía ahí. —Se defendió antes de girar sobre sus talones y volver a encerrarse en su habitación. Me tomé mi leche tranquila y me puse a jugar con mi perra hasta que fue hora de comer.

—Mamá, tengo que ir a comprar sujetadores, no dejan de desaparecerme. —Cuando se lo dije se rió en mi cara— ¿Qué? Es cierto. O la abuela es maga y los hace desaparecer o el vecino es un pervertido y los roba cuando los tendemos. —Después de esa informativa charla seguimos comiendo y al terminar me largué arriba a ver vídeos de uno de mis grupos de música favorito. Justo en el momento más emocionante —el cantante principal estaba apunto de quitarse la camiseta— el vídeo se paró de golpe. Chasqueé la lengua pero no perdí los nervios, volví a darle al play y seguí viéndolo. De pronto noté algo a mi lado y me recorrió un escalofrío. Era cierto que notaba un poco de peso en un lado de la cama pero lo ignoré, pues creía que era cosa del montón de ropa que debía ordenar o de los peluches. Me removí un poco en mi sitio y cuando quise desbloquear el móvil el patrón salió diferente como si alguien lo hubiera tocado antes que yo.

—Que te den. Que os den. Los que seáis. —No creía en fantasmas y mucho menos me daban miedo, estaba segura de que todo lo que me estaba pasando solo era cosa de mi mala suerte pero tenía que echarle la culpa a alguien, ¿no?

—¿Qué te pasa Sunhee? Pareces de mal humor —Preguntó mi madre cuando bajé a por algo de merendar.

—Hoy es un mal día, un muy mal día —Respondí sin ganas de hablar.

Volví a mi habitación y decidí que era momento de ensayar un poco. Desde pequeña siempre me había gustado bailar y con el comienzo de este nuevo curso me había propuesto practicar como mínimo dos días a la semana.

Más que por el mal día creo que fue por tener una habitación demasiado pequeña, pero cuando estaba a punto de terminar perfectamente el baile que había estado ensayando este último mes di un paso en falso hacia atrás, cayendo al suelo sin poder evitar soltar un grito.

Demons || B.A.PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora