Capítulo 6

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Bart entró en el estudio de su jefe y se paró frente a él cruzando los brazos.

-¿Es verdad?- preguntó a Cole.

-¿De qué hablas?

-¿Quiere que le descuente dinero a esa niña de su salario para que le devuelva lo que pagó por el vestido?

-No soy yo quien lo quiere, es ella. Hazlo y también dale un aumento.

-¿Le descuento y le doy un aumento?

-No me mires así, Bart. Esa muchacha es una necia, y sólo muestra ese orgullo tonto frente a mí.

-Usted es experto en eso del orgullo, debería entenderla mejor.

-No la entiendo, y es todo tu culpa. Tú la trajiste aquí.

-Entonces, sólo para asegurarme, ¿me está pidiendo que le descuente el dinero para que ella no tenga su orgullo herido pero al mismo tiempo que le aumente el salario para que no pierda dinero realmente?

-Eso mismo. – respondió Cole y su hombre de confianza soltó algo muy parecido a un suspiro.

- ¿Algo más?

-Sí, ponte en contacto con mi abogado...

-Tiene varios, ¿con cuál de ellos?

-El que esté desocupado y esté más calificado, haz que averigüe sobre la situación del padre de esa muchacha y vea si se puede hacer algo para ayudarlo.

-¿De Abigail?

-¡Claro! ¿No estamos hablando de ella acaso?

-Eso supongo, señor, me temo que hoy estoy algo desorientado.

-También fíjate sobre la condición de su madre y de su casa, e infórmame lo que descubras.

-De acuerdo.

-Bart.

-Dígame.

-¿Cuál es la mejor joyería de la ciudad?

-¿Comprará algo para Abigail?

-¡¿Es que estás loco?!En verdad estás muy distraído, compraré un anillo para Victoria, por supuesto. Llegó el momento – dijo Cole acomodándose en su asiento y esta vez el suspiro de Bart fue audible. Y sonó a desaprobación.

Aquella noticia corrió por la casa, así que un par de horas después llegó a oídos de Abigail.

-¿Va a casarse?- le preguntó a la francesa.

-Al menos va a comprar el anillo- respondió la mujer sin entusiasmo.

-¿De verdad ella no te gusta, Antoniette?

-Ay niña, es que dudo que sea lo que el señor necesita. Si Gertie estuviera aquí se lo habría dicho claramente, pero esa mujer no lo hará feliz, él necesita...- dijo y se detuvo.

-¿Qué? – preguntó impaciente Aby.

-Alguien cálido, alguien que se preocupe por él, que no retroceda por su brusquedad o sus malos modales, alguien que lo quiera por sí mismo.- continuó y miró a Abigail de una manera muy particular.

-¿Esa mujer no lo quiere?

-En realidad es su culpa, no está buscando que lo quieran, creo que ni siquiera sabe lo mucho que lo necesita – finalizó Antoniette y Abigail se quedó pensativa, no estaba muy segura de qué era peor, si no saber qué se necesitaba o sí saber y no encontrarlo.

La redenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora