Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.

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Era mucho tiempo. Mucho tiempo había pasado, no lo había notado antes, pero el castaño realmente esperaba, cada vez que le veía cerca, que el mayor rival que tenía en la cancha, se le acercara. No sabía si era porque su egocentría se nutría cada vez que le trataba de convencer de cambiarse de escuela, si era el presumir frente a él, o realmente algo tenía aquel monstruoso jugador que le llamaba a hablarle, a molestarle y provocarle.

Lamentablemente no lo había notado antes, antes de que Ushijima Wakatoshi dejara de buscarle de manera abrupta.

-¡Eh! ¡Oikawa! No te distraigas y continúa con el entrenamiento, mañana tenemos un partido de práctica.

-¡Iwa-chan! No me puedo concentrar...

-¿En qué estupideces estás pensando?

-¿¡Estupideces!? ¡Es muy serio! Ushiwaka no se ha parado a decirme nada desde hace un tiempo. A veces me mandaba mensajes o correos con su típico "ven a Shiratorizawa", pero desde hace ya un mes no lo hace... ¿Qué habrá pasado?

-Oh, seguro es que ya se dió cuenta que no le sirve un idiota en su equipo.

-¿Qué? Pero si yo soy un genio Iwa-chan~ -el setter se le colgó del cuello a su amigo- ¿crees que se haya rendido?

-¡Sólo deja de pensar estupideces! Y mañana le preguntas, milagrosamente el entrenador consiguió un partido contra el Shiratorizawa.

-¿¡Cuando?!

-¡Te dije que mañana! -un golpe hizo caer a Oikawa al suelo lloriqueando infantilmente. Ninguno de sus compañeros dijo nada, ya sé habían acostumbrado a los dramas de aquél setter.

-Guhh, Iwa-chan, eso dolió... -se quejó.

Una maliciosa sonrisa cruzó el rostro del castaño, definitivamente iba a demostrarle a Iwaizumi que no era un idiota, y a hacerle ver a Ushijima que él era el mejor.

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Con el bolso colgado al hombro casualmente, Oikawa caminaba hacia el gimnasio. El equipo se estaba alistando para subir al transporte en el que viajarían a Shiratorizawa.

-Oikawa, llegas tarde.

-Oh, es que las chicas no me dejaban salir del salón -presumía el castaño.

-No seas idiota y sube al auto.

-Iwa-chan está celoso~

-¡No todos tenemos tu maldita suerte con las chicas! ¡Y calla no estoy celoso, es molesto! Sube de una vez, idiota.

Sorprendentemente, el castaño no hizo un drama infantil y sólo subió refunfuñando al auto sobre cuán genial era y cómo lo trataban.

El trayecto fue largo, y más para Oikawa, quien ansiaba demostrar lo genial que era frente a Ushijima y lo bien que estaba con su equipo.

Dudas se amontonaban en su mente. ¿Realmente el as de Shiratorizawa se había hartado de buscarle? ¿Ya no le parecía el mejor setter? ¿Había encontrado un mejor colocador que él? ¿Se había rendido para buscarle y llevarlo a su preparatoria? No sabía exactamente qué podría haber hecho cambiar de parecer al más alto, pero lo averiguaría. Cada poste que veía pasar por la ventana, le hacía saber que estaban más cerca de llegar.

En un momento dado, el castaño despertó de sus pensamientos, y se dio cuenta de algo. ¿Porqué aquello le importaba tanto? Bueno, seguramente era porque así nutría su confianza en sí mismo, aunque eso lo podía hacer Iwaizumi cuando se le daba por deprimirse.

Entonces, ¿qué de especial tenía Ushiwaka? Porque aunque no lo quisiera admitir en voz alta, era importante para él lo que ese spiker pensaba.

¿Cuándo empezó a importarle?

¿Cuándo empezó a esperar sus palabras?

¿Cuándo empezó a extrañarlo?

¿Cuándo empezó a anhelarle?

Su corazón dio un brinco al unir cabos, a veces sí que pensaba que era algo idiota, pero no sabía si era eso o solamente miedo de admitir aquellos sentimientos.

Porque, realmente no podía decir con seguridad desde cuando sentía lo que sentía por Ushiwaka.

¿Cuándo empezó a amarle?

Mucho tiempo le había costado, tuvo mucho miedo de admitirlo, pero ese tipo que antes era tan molesto, ahora le parecía de lo más especial en su vida.

Oikawa, ven a Shiratorizawa [UshiOi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora