Capitulo 1 El forastero

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Llega la mañana, el pregonero pasa por la calle diciendo que la tribu de los banshies está protestando por que miembros de ellos están comenzando a desaparecer, entre los demás anuncios dice que han habido robos a humanos y ángeles caídos así como secuestros. Yo estaba haciendo lo que siempre hago en las mañanas... a lo lejos en una de las torres del castillo se podía observar una extraña figura subiendo y entrando por una de las ventanas, yo no pude percatarme de lo que sucedía pues estaba durmiendo sobre un muro junto a un pozo en el pueblo.

Mientras tanto en el castillo de la familia real:

-buenos días padre- dijo la princesa-¿porque me llamaste?-

-necesito que vayas a buscar un chico que llego hace una semana- le respondió –sé que no es algo común que salgas y hables con un desconocido, pero los guardias ya están uy ocupados con los banshees-

- no te preocupes padre, iré enseguida-

La princesa salió a buscarme, pero en ese momento no tenía ni idea de lo que ocurría a mi alrededor. Mientras ella se acercaba todos la saludaban cordial mente, siendo de la familia real no se puede esperar otra cosa. Cuando llego hasta el muro en el que descansaba todos susurraban esperando ver lo que pasaría a continuación.

-oye, despierta- dijo acompañando la frase dándome una patada haciéndome caer del muro.

-¿qué ocurre?! ¿Por qué me están despertando?- dije desconcertado mientras sobaba mi cabeza

-princesa por favor sea un poco más delicada- dijo un tendero que la conocía desde que era pequeña.

-está bien..- dijo, después de lo cual salto el muro –¿estás bien?

-¿qué ocurre... donde estoy...?- dije mientras me ponía de pie.

-¿te encuentras bien?- dijo mientras me miraba con las manos en las caderas -hola, soy la princesa Lady Punish-

-oh...- dije algo avergonzado e hice una reverencia.

Ella rió de una forma presumida y me dijo simulando un acento español mientras ponía una mano en su pecho –he venido aquí para llevaros a que os corten la cabeza-

-¡Que...! Pero si acabo de llegar y no he hecho nada malo...- dije alarmado.

-tranquilo, solo estoy bromeando- dijo entre risas -tu eres el zorro recién llegado ¿verdad?-

-claro, mi nombre es Maicol Blade, pero si gusta puede decirme Mike-

Me miro de pies a cabeza y me dijo con una mirada coqueta -para ser un forastero te ves muy bien y te sabes vestir-

-gracias- dije un poco extrañado -¿bueno dónde queda el castillo?-

-sígueme- me dijo extendiendo su mano.

No tuve otra opción mas que seguirla, aunque no dejaba de preguntarme para que me quería llevar al castillo.

-mira el caso es que queremos enlistarte en la guardia real- dijo como si hubiera leído mis pensamientos

-devén estar faltos de personal- dije entre dientes.

-no es así – exclamo -necesitamos gente fuerte, y a cada forastero que llega lo enlistamos. siempre y cuando no sea ángel caído, banshee o humano-

-cómo puedes ver no soy ninguna de esas cosas-

Me sonrió y me dijo – ¿conoces las normas de este reino?-

-Claro que no, solo llevo una semana acá-

-pues tendrás que aprenderlas ya que ahora eres parte de la guardia real, ven te presentare con sus majestades y te darán tu uniforme-

-¿qué clase de uniforme es?-

-es una armadura-

-espero tener tiempo de descanso o me voy a asar-

-pues siempre y cuando estés dispuesto a estar activo la noche entera-

-¿me darán descanso verdad?-

-Puedes tomar descansos al medio día y alas 5 de la tarde-

No pude parar de hacer preguntas sobre el trabajo, ya que no aceptaría un trabajo en el que me ganara mensualmente un puñado de dinero por estar 24 horas los 7 días de la semana. La charla acabo cuando finalmente llegamos al castillo. Entramos me presento a sus padres. Ellos me miraron y me dijeron -da un paso al frente muchacho-

Les hice caso dando un paso al frente diciendo -su majestad soy Maicol Blade, a su servicio-

-bienvenido a mi reino Maicol balde- dijo el rey, luego mira a la reina y la reina se pone de pie frente a mi -arrodíllate joven zorro- me arrodille mirando al suelo –es Blade, señor...- dije temeroso.

-lo lamento- dijo la reina mientras me sonreía con dulzura -¿estás dispuesto a servir al reino de punishterra con tu alma?-

-si señora- exclamé.

Saco su espada y me la puso de hombro a hombro -yo te nombre sir Blade de punishterra- -es un honor- dije mientras me ponía de pie. A la de repente se lo borro la sonrisa de su rostro y me miro seriamente -quítate la ropa, te daré tu uniforme para revisar que tal te queda y que te vayas acostumbrando - dijo con una mirada penetrante. La princesa se rio tapándose la boca hasta que la reina la miro, entonces esta fingió un aspecto serio.

-am... con todo respeto ¿no podría darme el uniforme dejar que me cambie en otro lado? La reina me miro y dijo -lo lamento, necesito comprobar su lealtad y transparencia- en ese momento la princesas se me acerco y me susurro -tu tranquilo- -mama... es decir... su majestad, el caballero aquí presente, es de fiar y es recomendad por mi misma ya que hace un rato me demostró su amabilidad- yo me quedé callado sin decir una sola palabra, pues no quería meterme en líos. La reina la miro - yo sé lo que le digo cuando le confirmo que no lleva anda que los pueda dañar- la reina me miro -¿cuál es tu talla de ropa jovencito?-

-soy talla M- entonces un sirviente al oír el chasquido de los dedos de la reina me trajo una maleta con la armadura adentro. -acompáñalo Lady Pan Punish- dijo el rey, luego la princesa me miro con una cara un poco extraña y le dijo a su madre –claro- haciendo una reverencia

-¡vamos!- exclamo jalándome de la mano -soy nuevo y soy joven pero na hace falta llevarme de la mano- -anda no seas engreído- -ok.... ¿dónde está mi cuarto?- dije mientras le seguía el paso. -aquí – dijo mientras abría una puerta –entra- entré a la habitación, esta tenía un aspecto raro –¿este... es mi cuarto?-

Ella rió y me dijo - no bombón, a menos que te cases conmigo vivirás aquí, este es mi cuarto- -bueno pero ¿porque me tres hasta aquí...?- -aquí te cambiaras- me hubiera parecido mejor que me hubieran dejado en mi habitación -¿podrías salir del cuarto?- ella rió levemente - mira si salgo me trataran de traidora, si quieres usa mi baño no te preocupes- -gracias- agarre el maletín y entre al cuarto a cambiarme. La princesa se sentó en su cama y dijo -este vestido me incomoda - ¡no te lo quites! hasta que yo salga de tu cuarto- exclame alarmado, pues si alguien entraba mañana tendría mi cabeza bajo la guillotina -claro que no me lo quitare- salí del baño con el uniforme puesto - no esta mal- ella sonrió -a nadie de la guardia le ha quedado tan sexy, es decir todos los soldados con mas robustos, toros, rinocerontes, elefantes y de mas pero ningún zorro sexy- dijo con una mirada coqueta -gracias supongo... bueno, cuando comienzo?- dije algo entusiasmado - justo ahora te llevare con el sargento de la guardia, sígueme- me dijo con el mismo entusiasmo.

El legado de PunishterraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora