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Su inquisitiva mirada repasaba de izquierda a derecha, una y otra vez, en los último cinco minutos. No sabía cual escoge. Y también, no sabía si escoger alguna de esas cosas sería buena idea. Frente a él se encontraban dos dulces mas una nota. Los caramelos eran de una extraña forma de calabazas; una de un color naranja, y otra de un color verde. La nota solo decía "Dulce o travesura, me pregunto cual escogerás" No sabía si tenía que preocuparse por Kuro realmente o por él. ¿Quién sabe de que estaban hecho esos dudosos dulces? Pero, tampoco podía dejar que le hicieran algo a su compañero, y por un segundo, se maldijo de ser tan ingenuo.

Todo había comenzado ese día; 31 de octubre. Halloween estaba ya encima y Misono los había invitado a su mansión. Técnicamente fue Lily el de la idea. Los niños subclases eran los más motivados por las decoraciones, los invitados, comidas y dulces, muchos dulces por doquier. Y no negaba que Kuro y su hiperactivo hermano Lawless, eran otros invitados felices en aquel lugar, al menos en términos de comida.

Tenían planeado disfrazarse y hacer algunas travesuras. Básicamente salir a la calle y reír de las tonterías que harían. Pero toda esa motivación terminó cuando —sin ser invitado— apareció Mikuni en la mansión. Completamente ajeno a todo había llamado a los Eve's al comedor principal, mientras que había dejado a los Servamp en la sala de juego de los subclases de Lujuria.

Y después, simplemente, uno a uno los sacó del comedor para llevarlos a otra habitación. O al menos eso creía él, pues fue el primero en salir. Shirota creía que a todos les hizo lo mismo, y que Mikuni estaba jugando con ellos al separarlos y decirles: sigan este mapa. Uno horriblemente dibujado por cierto.

Ahora, él estaba ahí. Sentado frente a una pequeña mesa en aquella lujosa habitación con dos caramelos frente. Mikuni le dijo que escogiera uno y saliera a buscar a su Servamp. Pero él no estaba seguro de escoger una y comerla. Cuando se trataba del mayor Alicein, nada bueno podías esperar de él.

Sin embargo tenia la extraña sensación de que eligiera. Kuro podría estar pasando por algo horrible también.

Así que sin más, después de diez minutos debatiéndose, escogió el caramelo naranja. Al degustarla notó que tenía un extraño sabor a sandía. El pensaba que sabría realmente a naranja.

Ya habiendo seleccionado su respuesta. Salió de la habitación y fue a mirar el comedor. Al entrar no había nadie ahí.

—Así que Mikuni-san realmente está jugando con todos

Una pequeña y rendida sonrisa asomo en sus labios. Cerró la puerta y miró en ese enorme pasillo. No escuchaba absolutamente nada. La risa de los niños, los gritos de Avaricia, la alegre conversación de Lily con sus hermanos, las molestias de Misono. Nada, él no escuchaba nada. Era como si de pronto en la mansión era solo él. Y aquello relativamente le asustó.

La mansión estaba decorada con adornos de la fecha, y la mayoría de las cortinas estaban cerradas. Habían reemplazado las pintorescas lámparas de los pasillos por enormes y escandalosas velas, muchas de ellas adornando ese tétrico pasillo.

Caminó con cierta cautela agarrando firmemente ese gorro de bruja —disfraz que estaba usando—  entre sus tembloroso dedos ¿Por qué temblaba tanto? ¿Por que de pronto esa enorme y lujosa mansión de Misono se convirtió en un enorme castillo abandonado?

—Mikuni-san realmente da miedo.

Sintió una pequeña brisa, al ver como las llamas de las velas querían apagarse, y se detuvo. Miró ambos lados del corredor buscando la razón de ese viento, pero nada aparecía por ahí. Trago nervioso mientras reanudaba su marcha y al girar al frente se encontró cara a cara con un arrugado y lúgubre rostro de una persona desfigurada, con una cuenca de sus ojos vacía, y el otro cayéndole casi al mentón.

—¡GYAAAAAA!

.

.

Soltó un suspiro mientras dejaba de ver por la ventana, el chico a su lado giró asustado y miró la puerta como esperando que algo entrara en cualquier momento.

—¿Eso...fue un grito? ¿De quién?

—Shirota gritó.

Misono avanzó con paso seguro hacia la puerta, seguido muy de cerca por el otro, quien trataba de esconderse y camuflarse con el pequeño cuerpo del menor Alicein.

—Para ser un Servamp eres bastante miedoso.

—¡Yo no tengo miedo! Es solo... nunca se sabe si ángel-chan esta esperándome para atacarme.

—¿Y te ocultas detrás de un Eve?

—Bueno, creo que de carnada servirías muy bien.

—¡Eres un maldito bastardo!

El pequeño empujó al rubio a la puerta con toda su fuerza haciendo que Lawless solo avanzara un paso.

—¿Intentaste empujarme, o solo me acariciaste la espalda?

—¡Calla!

Trick or TreatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora