Silvana

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Mano escurridiza que llega a mi gloria.

Pesadez en mi cuerpo sudado.

Quisiera invernar a tu lado.

Pegados sin soltarnos hasta quedar sin aliento; cuerpo sobre cuerpo.


Rózame.

Susurra caliente a mi oído.

No pares.

Déjame ser tu esclava por una vida.


Sabes, anoche mientras gemías dentro de mi boca sentí que la llama nunca apaga.

Sentía una fuerza erótica que me bañaba y me hacía tuya.

Que te hacía mío.


¿Cuántos días pasarán después que marches?

¿Cuántos días pasarán sin quemarme?

Esperaré tu regreso agitada.

Con piernas apretadas y cuerpo sediento.

Asfixiada. 

OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora