Las cosas habían mejorado entre el rey y la reina, pero había cierta circunstancia que molestaba al soberano del país
-Quiero... Hacerlo mío-miraba a su esposa con un vestido más delgado pero de color azul cielo mientras cargaba a su pequeño príncipe que jugaba con una de las tantas rosas del jardín-
-Acércate con cautela, no seas estúpido Osomatsu, no arruines todo tu progreso por un simple acostón-los ojos dorados de su consejero lo miraron con desaprobación-
-Ya sé, ya sé-agarro su corona y suspiró-pero... En verdad deseo hacerlo sentir bien Kami, nuestro hijo está por cumplir el año y pues, nada de nada-infló las mejillas-
-¿Y tus concubinas?-la sonrisa del ojidorado se enganchó-
-Dije que quiero a Karamatsu Ao, mi esposa, quiero probar sus dulces labios, acariciar sus piernas, ¡hacerle otro hijo!-gritó para que el de ojos azules lo escuchase cosa que logró al ver a su reina huir con las mejillas rojas-
-Dilo-lo miro su consejero-
-¡Me trae loco! ¡Me he enamorado de mi esposa! ¡Lo quiero solo para mi!-se dejo caer en su trono-
-Bien, te daré unos consejos al fin y al cabo, es mi trabajo-pudo ver los ojos carmesí brillar con esperanza riendo ante esto-
Después de haber recostado a su hijo en su habitación y al salir de la misma fue interceptado por su esposo que lo tomó de la mano para llevarlo al patio del castillo y admirar juntos la bella luna que resplandecía en su más grande esplendor bañando de luz color plata los patios del castillo
-Cuando veo la luna pienso en ti-la sonrisa del ojicarmesí se ensanchó-
-¿En mi?-aquellas palabras hicieron que las mejillas de la reina se volvieran de un suave rosa ante las palabras de su esposo-
-Tan bella, brillante, enigmática-se acercó para acariciar su mejilla-
-Osomatsu...-su corazón palpitó con fuerza ante la mirada que el de ojos rojos le dedicaba, una mirada, llena de amor-
-Kara... Ahora puedo decir-con suavidad apresó la cintura de su reina para juntar ambas frentes-te amo
Aquella declaración de su rey hizo que del rosa pasará al rojo pasión, subió sus manos hacia su rostro y acaricio con suavidad las mejillas del contrario para sentir sus labios unirse a los suyos moviéndose con suavidad, beso lleno de sentimiento y calidez, rodeó el cuello de su esposo para atraerlo más hacia si cuando el agarre en su cintura se afianzó, el beso se intensificó, se separaron y el de ojos azules fue cargado a la manera nupcial compartiendo besos hasta llegar a la habitación de su esposo ya que a pesar del nacimiento del príncipe estos seguían durmiendo separados, aunque a Osomatsu le valía menos de medio cacahuate y se pasaba a la habitación de su esposa para abrazarlo mientras este dormía y la reina por su parte comenzó a hacerse adicto a aquellos cálidos brazos que lo reconfortaban en las noches de frío de aquel reino que ahora ya era su reino, si, sin darse, se había enamorado de Osomatsu Barano, se adentraron a la habitación sin dejar de besarse con pasión y amor, el ojiazul termino con su vestido arriba de las rodillas con el de ojos carmesí entre sus piernas soltando suspiros a causa de los besos en su cuello y las manos inquietas que recorrían sus piernas sin pudor alguno, su miembro ya habían reaccionado al estímulo proporcionado por el rey lo que causó una sonrisa en el rostro del de ojos carmesí.
-No puedo describir lo hermoso que te ves reina mía-con delicadeza quitó los largos guantes de seda que portaba su esposa besando cada centímetro de la piel de su brazo-
-Oso... Matsu...-no podía con eso sentía su miembro punzar dolorosamente y su entrada contraerse ansiosa por tenerlo dentro-
El rey se deshizo de aquel vestido lentamente mientras besaba su cuello con dulzura y suavidad a conjunto con sus manos que recorrían con las yemas de sus dedos la suave y tersa piel pálida de su esposa, sus suspiros, sus jadeos, su voz, sus orbes azul zafiro que brillaban con deseo, sus rosados labios, sus mejillas, aquella rosa y húmeda lengua, su esposo era hermoso sin duda alguna, lamió tres de sus dedos para ingresar un dígito en la estrecha entrada sintiendo como este era succionado por el interior de su esposo y sonrió ante esto, después de una apropiada preparación ingreso lentamente en el interior de su reina escuchando los gemidos melódicos que salían de la garganta del ojiazul, el movimiento de caderas fue su iniciación hacia aquella noche de placer y amor que compartieron no solo una sino en repetidas ocasiones aquella noche, varios te amo salieron de los labios de ambos monarcas, el amor que se podía escuchar en aquellas palabras que se dedicaban mutuamente se podía notar.
-Te amo Karamatsu-beso la mejilla del ojiazul mirándolo con una radiante sonrisa-
-Y yo a ti Osomatsu-se acurrucó en el pecho fuerte y amplio de su esposo-
-Dormiremos hasta tarde reina mía, sin interrupciones, Kami se hará cargo de Karashi mientras nosotros nos amamos durante el día-acarició las caderas de su esposo lentamente y con sensualidad-
-¿De nuevo? Mi rey es insaciable-río el de ojos azules abrazando a su esposo por el cuello y uniendo sus labios en un nuevo beso demostrando el amor que ahora sentía por su esposo-
Mediodía
-Tus padres en verdad no saldrán hoy mi pequeño príncipe-el de ojos dorados miro a la pequeña copia de su rey pero con cejas gruesas balbucear y mover sus pequeñas manitas-bien, dejemos a tus padres hacer con tranquilidad a tu nuevo hermanito-se alejó del lugar con una sonrisa en los labios a causa de la felicidad de aquel rey inmaduro que alguna vez fue Osomatsu-en verdad, el amor cambia a las personas-el pequeño de ojos carmesí ladeó la cabeza en una clara señal de que no había entendido nada de lo que el mayor decía-
Yunisu On
En serio no tengo perdón de dios, ¡casi un mes! ¡Fusakenna! Pero ya les traigo esta continuación, ahora si de aquí al otro capítulo que tal vez sea el final, aún no lo decido, tardaré un poco más en actualizar, espero sepan entender, ¡las amuuuuuuu!
Yunisu Off
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La Desgracia De Ser Princesa
Historia CortaEres una princesa tu deber es con el pueblo ¡Me niego!