En cada te amo tuyo percibo inseguridad, como si te hubieras resignado a seguir conmigo porque tienes miedo de envejecer solo. Quizás nunca me perdonaste, y aprendiste a olvidarte de lo malo para tratar de disfrutar lo bueno, pero lo bueno nunca vino. Cada beso tuyo sabe a resignación. Pero no te preocupes porque yo puedo amarnos por los dos. Cada día prometo intentar hacer tu vida menos miserable, robarte un par de sonrisas para que olvides por minutos que estás harto de mí. Te dedico mi vida entera, pero por favor, nunca dejes de conformarte conmigo.
2015