La Nerd con los Populares.

4. Mi tia la lesbiana.

Fruncí el ceño mientras miraba a Ryan que estaba igual que yo de confundido. ¿Por que había gemidos en mi casa? No creo que hayan entrado ladrones y en vez de robar estén follando en mi casa.

Sin saber nada más que hacer grite. —¿Quien está aquí?

Los gemidos habían parado de golpe y miré asustada a Ryan. ¿Y si ahora querían follarme a mi? ¡Soy Virgen por Dios!

—¿Que acaso estás pendeja? —susurro/gritó Ryan—. ¿Que acaso nunca has visto películas? ¡Nunca es bueno preguntar eso —prosiguió hablando al ver mi mueca de confusión.

—Janeth ¿que haces a esta hora aquí? —preguntó mi tía bajando las escaleras con una sábana enrollada a su cuerpo.

La miré horrorizada y luego miré a Ryan de la misma forma. ¿Mi tia era a la que estaban cogiendo?

—¿Que haces tú aquí? —hice énfasis en la palabra tú. Ella debería de estar trabajando.

—Es mi hora libre —respondió nerviosa.

—Nunca te había visto a esta hora aquí —recordé.

Pude visualizar atrás de ella pude visualizar a una mujer en las mismas condiciones que mi tía. ¿Khé?

—¿Quien eres tú? —pregunté un tanto desconcertada. ¿Es lesbiana?

Vi como mi tía abría los ojos y volteaba a ver a la mujer.

—Maia, te dije que te quedes ahí arriba —comentó entre dientes.

—¿Por que? Quería conocer a Janeth. Nunca quieres venir cuando ella está aquí —protestó esta.

Sentí mi alma estrujarse. Sabía que mi tía no me quería, pero nunca llegue a pensar que hasta este punto.

—Janeth... —intento decir pero fue interrumpida por mi.

—Solo venía a empacar, me voy a mudar a una fraternidad. El director me ha mandado.

No espere que respondiera y tiré a Ryan del brazo para llevarlo a mi habitación.

—¿Que fue todo eso? —preguntó con una mueca de sorpresa Ryan.

Ignore su pregunta y me dirigí a buscar una maleta, las cuales estaban arriba de mi closet, bastante altas.

Agarre una silla que había en mi habitación para subirme en esta y así poder alcanzar, pero era imposible, estaba muy alta.

Me puse de puntilla en la silla para ver si así alcanzaba, pero no se que le pasó a mi pie y me resbalé. La silla cayó al suelo junto conmigo.

—¡Janeth! ¿Que te ha pasado? —gritó un sobresaltado Ryan.

Lo fulmine con la mirada. ¿En serio?

—Estaba viendo si el piso estaba bien, es que siempre tiene problemas amorosos —comente sarcásticamente.

—¿Es un hábito que tienes? Por favor, no lo hagas allá, te creerán loca —volví a matarlo con la mirada.

Me levante del piso sintiendo como mis huesos se retorcían de dolor al igual que yo.

—¿Podrías servir de algo y buscarme una maleta ahí arriba? —hablé ya molesta señalando el estúpido closet.

—Claro.

Lo vi acercarse a este y poner la silla bien para subirse en esta, un momento después tenía una maleta en la mano. Se tiro de allí y me la pasó.

—¿Ahora me dirás que fue todo eso? Porque de verdad no entendí —hablo después de unos segundos.

—No quiero hablar de eso ahora.