●lucha.●

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Y es que, que palabras, ¿verdad? Las que la desesperación dice. Vaya ceguera es la que me auto impongo. Perdonadme, nuevamente, si mis palabras no tienen sentido, yo misma me lo he buscado. En esta ocasión, mis cartas no es de confusión, no es de locura, ni de dolor. Y es que, es tan sólo para yo aclarar tu mente.
Me perdí. Perdí mi camino, perdí mis sueños, perdí mi alma y casi te pierdo a ti. Tan sólo al llegar a la punta del abismo, fue cuando mis ojos pude abrir. Pero, ¿por cuanto tiempo los abrí? Lo suficiente para que me mostraran parte de la verdad. Al menos, de mi verdad. ¿Cuál es la tuya? ¿Qué, o quién es el que te da fuerza en las mañanas?
Oh, por favor, querido lector. Espero que oigas mi única súplica. No caigan en la ignorancia de los humanos. Y con ello, no me refiero que los humanos sean ignorantes, ni mucho menos. A lo que me refiero, es que no os pogais una venda en los ojos junto a una soga en el cuello como los demás. No, no son ignorantes, si no que, ellos mismos la colocan, para ignorar todo lo que no alcanzan a entender.
"¿Qué es lo que veré al sacarme la venda?" "¿Cómo puedo sacarla?" "¿Cómo sabré que lo que veo es la verdad?", fueron las preguntas que me hice. Pues, trataré de darles una respuesta indirecta, no puedo decirselos ni explicarlo bien, ya que es algo que se debe ver para comprender.
La vida no es blanca o dulce. No es sólo eventos buenos y felices.
La vida no es negra o salada. No es sólo dolor y sufrimiento.
La vida tampoco es gris. No es mala, ni buena. Ni ambos.
Son todos los colores, juntos y separados por el mismo mundo. La vida está, en la belleza naciente de una flor, ¿la arrancaría para quedarte con su belleza, y a la vez matarla, o la dejarías deslumbrar a los demás con su hermosura, y que siga su propio curso?
Y, ¿Cómo quitaros la venda?
Eso es un poco más fácil.
En cuanto veas los árboles, y veas sus ramas danzar dulcemente, lo sabrás. En cuanto abras tu mente, en cuanto veas las estrellas, y lo que hay en su luz, lo sabrás. En cuanto veas quién está dentro de ti, te sabrás.

03 de noviembre del 2016
En el camino al saber.

Carta sin remitente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora