Siempre, tú y yo...

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Sabes que lo mío no es estudiar precisamente, pero mirarte mientras estudias podría convertirse en uno de mis hobbies favoritos. Si me pagasen por hacerlo sería rico.

Me alegro de que persigas tu sueño, de que el deporte que nos unió, incluso aún más si cabe, y que nos hizo encontrar amigos entrañables haya calado hondo en ti y que quieras entrar en la universidad a falta de una beca de deportes. Te admiro, no sabes cuánto, y siento que no hayan reconocido mejor tu valía en esto, pero sé que lo vas a conseguir y yo estaré ahí para animarte. Iré a donde tú vayas, cueste lo que me cueste.

Te has quedado dormido, tienes que estar agotado tras pasarte las semanas estudiando como un loco. Yo no quiero despertarte, sé cuánto disfrutas durmiendo, así que me quedo mirándote y sueño con nuestro futuro.

-Mattsun, das verdadero miedo cuando te quedas mirándole así. ¿Verdad Iwa-chan?- Iwaizumi asiente mientras ambos se sientan con nosotros. Tú te despiertas y comienzas a mirar a todos los lados, desorientado. Me ves y sonríes mientras te quitas las gafas y te estiras cual león.

-Hace un poco de frío, ¿no?- dices mientras te frotas para entrar en calor. Yo cojo mi chaqueta y te la pongo en los hombros. Sonríes. -Gracias. ¿No tendrás tú frío?- niego y me recuesto en el pupitre. Tengo muchas ganas de que terminemos los exámenes y poder pasar más tiempo juntos.

-¡Oh, por favor! ¿es que no tienes tu chaqueta?- te pregunta Oikawa mientras saca de su mochila un par de chocolatinas. Le da una a Iwaizumi.

-Para tu información me la he dejado en el gimnasio cuando he ido a visitar al equipo y ya cerraron.- Oikawa te saca la lengua e Iwaizumi niega con la cabeza exasperado.

Miro a Iwaizumi y levanto las cejas insinuante. Él me ve y hace lo mismo. Seguimos así un rato hasta que Oikawa se exaspera. Tú no dices nada, sabes que es solo un juego.

-¡Parad ya de hacer eso! ¿No os cansais?- dice Oikawa mientras se levanta y pone los brazos en jarras.

-¿Celoso Tooru?- le preguntas con una ceja alzada, retándole. Él se pone muy rojo y vuelve a sentarse. Ahora ha puesto morritos y tiene el ceño fruncido.

-No creo que Oikawa esté celoso, Hana, sabe que Iwa-chan solo le quiere a él.- digo yo siguiéndote el juego.

-Parad- suelta Iwaizumi mientras se masajea la sien. Cuando hace esto es que está a punto de explotar, así que decido callarme y, por lo que veo, tú también tomas la misma decisión. El que no se calla es Oikawa. Parece mentira que se conozcan desde hace tanto tiempo y aún así no se de cuenta de cuándo es su límite.

-Ya sé que Iwa-chan me quiere.- dice con una sonrisa. El ceño de Iwaizumi está cada vez más fruncido. Tú, divertido, miras a Oikawa con las cejas alzadas esperando a que colme el vaso de nuestro vice capitán.

-Oikawa, para.- le suelta este último.

-No seas tsundere Iwa-chan, todos saben que me quieres, no hace falta que lo ocultes.- dice con una gran sonrisa.

Y el vaso de Iwaizumi rebosa. Este mira a Oikawa como si quisiese matarle.

-Te lo juro, este es uno de esos momentos en los que me hubiese gustado que realmente te hubieras ido a Shiratorizawa. -se hace el silencio.

La sonrisa de Oikawa se desvanece y su cuerpo se tensa. Nosotros dejamos de respirar por unos instantes y miramos sorprendidos a Iwaizumi. Eso era lo peor que podía decirle a nuestro capitán. Oikawa comienza a recoger sus cosas bastante serio. Tú y yo nos miramos algo temerosos. Oikawa e Iwaizumi siempre se han peleado, pero Iwaizumi nunca le ha dicho algo que le pudiese llegar a hacer daño. Hasta ahora.