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Hay muchas personas que considero, no conocen la impotencia; o no como yo.

Impotencia porqué, cuando eres ciego como yo, no puedes hacer nada y no puedes disfrutar de nada. Ver es algo tan común que no muchos saben apreciar esta capacidad.

Yo siempre quise ser normal, normal como las demás personas. Simplemente quería ver, quería observar, quería ser como los demás chicos de mi edad, como cualquier otra persona, pero muy joven perdí la vista.

A veces pienso que era tan joven que no me dio tiempo de apreciar cada color, no me dio tiempo de grabar cada paisaje en mi cabeza, tampoco me dio tiempo de disfrutar cada imagen o de enfocarme en los rasgos de una persona o cosa. Y de haber sabido que me quedaría ciego de por vida habría admirado aquel atardecer como lo merecía.

Pero luego todo fue negro, y nunca pude ver otro color, nunca me sentí tan asustado porqué de la nada, todo había desaparecido. Recuerdo que gritaba y gritaba pidiendo ayuda, mamá llego a mi y me pregunto que qué pasaba.

"no puedo ver nada"

le dije y me aferre a ella como si de mi vida dependiese. Y ella me dijo que estaría bien y que mañana sería un nuevo día.

Pero no fue así.

Pasaron casi cuatro años donde yo seguía esperado ese mañana, yo seguía esperando despertar un día y poder ver, era lo que yo más quería en la vida y para lo que muchos es algo insignificante para mí lo era todo. Yo solo quería unos minutos para ver cada color existente antes de volver a mi oscura realidad.

Y así como mi visión, mis días eran cada día más oscuros, cada día la agonía era más grande y cada día las esperanzas desaparecían más, cada día aceptaba un poco más mi realidad pero el problema es que yo no quería eso para mí, no estaba dispuesto a pasar cada día de mi vida en oscuridad. y tampoco estaba de acuerdo en ser una maldita carga para los demás.

Y entonces lo planeé, planee mi fin, mi muerte, mi final.

Pero conocí a Ashton y llego como una especie de ángel, uno que sabia mis planes y quizo llegar a evitarlos; y le entregue toda mi fe a ese ángel.

Le di mi amor porque no necesitaba ver por mi cuenta para conocer del mundo. Ashton siempre tenía algo que contarme, incluso se tomaba el tiempo de describirme las cosas para que las imaginara, era comprensivo conmigo y siempre estaba dispuesto a ayudarme, siempre tomaba mi mano y me llevaba a lugares 'increíbles' y lo más importante: el se comportaba conmigo como si fuese algo más normal.

Nunca se burlo de mí discapacidad, siempre hablaba conmigo de temas comunes de chicos comunes, salíamos y las personas pensaban que era alguien común, gracias a él.

Pero luego apareció aquella oferta, una de muchas donde prometían regresarme mi vista. Yo me había negado a cada una de ellas por qué sabía lo que sucedería: me darían esperanzas para que después no lograran nada y me hundiera en mi miseria.

Yo no quería eso pero cuando la oferta llego la acepte, lo hice por Ashton. Quería ser alguien normal para el y aún más importante, quería verlo, quería apreciar su hermoso rostro y admirar por horas la que supongo es una hermosa sonrisa. Además él me había contado que tenía hoyuelos y yo quería verlos por mi cuenta, no imaginarlos.

Y me llenaron de esperanzas para nada.

No había funcionado, sería ciego para siempre, seguía con los mismos motivos de siempre y ahora le añadía a Ashton. No quería ser un estorbo ahora para el, no quería complicarle la vida así que haré lo mejor para ambos.

Esta vez sí terminare con mi vida. Él será feliz y yo también lo seré.

Yo realmente no sabia como hacerlo, incluso suicidarme era una misión imposible. Sabía que existían bastantes maneras de morir pero, ¿cuál sería la adecuada?

Yo era un idiota, un estúpido, un imbécil y por sobre todo, un cobarde, pero en esos momentos era lo que menos importaba.

Quise ahorcarme, pero yo no podría hacer el nudo y mucho menos colgar la cuerda.

Ahogarme sonaba como algo tentador pero preferí la manera más típica hoy en día: cortarme.

No podía conseguir una navaja así que tomé prestado un cuchillo de la cocina de los Hemmings cuando Liz no se daba cuenta.

No me atrevía a hacerlo por qué pensaba en Ashton una y otra vez. No quería perderlo, ¿y si en otra vida no volvía a conocerlo? ¿lo perdería para siempre?

Las dudas eran constantes pero por primera vez quise ser egoísta y solo pensé en mi. En mi y en que quería morir.

Me iba en paz; me había despedido de mis amigos y les había dicho cuanto los quería, le había agradecido a Luke y su familia por todo lo que hicieron por mi y le había dicho a Ashton que lo amaba una última vez.

Ahora un poco más ligero, era momento de irme.

Me quite los lentes de sol y los deje en la repisa. Aquellos lentes habían sido de lo peor, solo eran una máscara que ocultaban mi discapacidad de los demás.

Me había asegurado de estar despierto hasta tarde para que todos estuviesen dormidos mientras lo hacía. Luego, con ayuda de los objetos en el camino me dirigí hasta el baño de mi habitación y tomado de las barras de ayuda entre en la bañera.

El cuchillo lo había dejado justo a un lado así que palmee un poco el suelo antes de encontrarlo. Con cuidado sentí su filo y por accidente me corte, algo que ya era común. Todo mi cuerpo estaba golpeado, lleno de moretes y cicatrices como prueba del dolor que vivía.

Sentí la sangre resbalarse por mi piel y aunque ardía, quise seguir con el proceso así que tome el cuchillo y lo pase por mis muñecas.

¡y maldición! no había tenido cuidado así que hice un corte muy muy profundo. Gemí de dolor pero volví a cortar para asegurar que me desangraría. Repetí la acción con mi otro brazo y en cuestión de segundos sentí mis muñecas llenas de sangre.

En un parpadeo sentí como la vida se me fue de las manos. Me sentí débil y mareado, luego mis párpados comenzaron a pesar y sin más se cerraron.

Y nunca los volví a abrir más.

Y nunca volví a sufrir más.

Por qué en el lugar al que me había ido, no existía la oscuridad.

Y es que yo, ya estaba aburrido de la oscuridad.

Sunsets| Mashton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora