Capítulo 3: Adios París 1/2

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Marinette despertó de golpe

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Marinette despertó de golpe. Volteo a ambos lados asustada para después soltar un suspiro al ver que solo había tenido otro mal sueño y no cualquiera, si no el mismo que tuvo el día que toco el libro en la casa del Maestro Fu. Esas imágenes no dejaban de reproducirse una y otra vez en su cabeza, y eso le preocupaba, le dejaba la duda de si eso en verdad solo se trataba de un sueño. De ahí en más no pudo dormir, se tallo los ojos para poder ver bien la hora en su reloj. Aún era de noche.

-Marinette ¿Que haces despierta a estas horas?- preguntó somnolienta Tikki volando hacia ella. Regresó a ver a su kwami y sonrió algo forzada, sentía que debía decirle sobre el sueño, quizás ella sabría cómo ayudar pero lo que menos quería era preocuparla.

-Nada Tikki. Solo fue un mal sueño, eso es todo.- pronunció la azabache levantándose de su cama. Aún se sentía inquieta como para volver a dormir.

La chica tomo un libro que el maestro le había dado y se sentó en su silla. Encendió una pequeña lámpara que se encontraba en su escritorio para luego pasar hojear aquel libro. Se encontraban muchas técnicas de ataque que sorprendían a la azabache y su kwami como de costumbre se sentó en su cabeza.

-Deberias aprender una que otra técnica ¿no crees?- comentó la pequeña criatura roja sonriéndole, ella devolvió el gesto y siguió analizando las páginas. Tenia razón, debía practicar y más que nunca si Chat no estaría a su lado para ayudarle. Continuó pasando las páginas hasta que una de ellas llamó su atención, era una Ladybug mostrando poderes desconocidos para ella, lo cual la confundió ya que los únicos poderes que conocía era su amuleto encantado y su lo que poder milagroso que reparaba todos los objetos dañados durante la batalla.

-Tikki ¿Estos poderes? ¿Tu los tienes?- cuestionó con algo de intriga sin despegar la mirada de las imágenes que aparecen en el libro. La kwami miro a la chica con una gran sonrisa. Por supuesto que los tenía y eso no era todo, ella tenía poderes desconocidos para si misma, solo el libro sagrado tenía todos los poderes y por eso era importante ya que los mismos kwamis acudían a él para descubrir sus poderes.

-Poco a poco Mari...-soltó Tikki mientras ella volteaba a su ventana. Hoy era una linda noche, desde ahí se alcanzaban a ver las inmensas constelaciones junto una hermosísima luna que brillaba con intensidad. Tomo un abrigo y se dirigió hasta su balcón para despejar su mente.

Aún seguía pensando a lo que se refería el Maestro Fu al decirle que muy pronto ella tendrá que viajar. Un escalofrío pasó por su cuerpo al sentir una rafaga de aire, era raro que hiciera frío ya que los días cercanos al verano eran acogedores y agradables.

-¿Marinette?- escucho decir a una voz detrás de ella causando un pequeño salto de su parte. Sonrió al percatarse que se trataba de aquel gato que de vez en cuando acudía ahí.- ¿Que haces despierta tan tarde?-preguntó acercándose hacia la azabache. Ella solo alzo sus hombros y se cruzo de brazos.

-He tenido un mal sueño.- respondió sin mucha importancia.- ¿Y tu que haces aquí a estas horas? Dudo que estés haciendo patrullaje.- entonó sentándose en el piso apoyando su espalda en una de las barandas. La curiosidad por lo que el minino pudiera estar haciendo a estas horas de la noche le causaba gracia. El imito los movimientos de ella para colocarse a su lado a su lado.

-Solo he querido venir a tomar algo de aire.- suspiró. Marinette negó levemente con la cabeza. A pesar de tener solo unos meses de conocer a Chat, sabía cuando mentía.

-Di la verdad.- soltó la ojiazul mientras reía levemente. El regresó a verla algo confuso ¿Cómo podía saber eso? El en muy pocas ocasiones había hablado con ella y como Adrien había hablado pero no lo suficiente como para que lo conociese a tal grado de detectar cuando difamaba. Prefirió callar el porque vagaba por París a estas horas así que decidió desviar la conversación.

Pasaron 2 horas y ambos hablaban de temas triviales, reían de algunos momentos torpes que habían cometido o comentaban sobre lo que algun día quisieran ser. Cuando mejor ambiente había entre los dos, se vieron interrumpidos por el sonar del Miraculous de Chat indicándole que su transformación estaba a punto de acabarse.

-Bueno princesa me temo que ya es hora de despedirnos.- pronunció tratando de sofocar su risa. Marinette asintió con la cabeza tapándose la boca de no tratar de dejar escapar algunas risotadas. Al calmarse ambos se levantaron para despedirce.

Y justo cuando el felino estuvo a punto de irse, una duda intervino en su mente.

-Marinette ¿Cómo supiste que te mentí?-pregunto mirándola fijamente a los ojos. Era curioso, pero sus ojos resultaban un deleite para cualquiera con solo mirarlos.

-Chat... se de muchas cosas y una de ella es cuando alguien miente.- hizo una pequeña pausa para luego seguir.- Cuando necesites mi ayuda solo dilo, D'accord?- le ofrecía una cálida sonrisa. Chat sin dudarlo la abrazo y ella sin mas que hacer decidió corresponderle. El abrazo era cálido y sumamente tierno, sentía como si pudiera habitar para siempre en los brazos de esa joven.

-Merci princesa.- agradeció separándose, al volver a verla se quedo embobado. Se veía hermosa, ese cabello que danzaba entre las ráfagas de aire, esa sublime digna de un dibujo de Miguel Angel, unos ojos que capturaban a cualquier viajante que se aventurara en ellos, y unos labios que...

¡¿Pero que estaba pensando?! El solo tenia ojos para su Lady ¿O no?

Se despidieron y el chico empezó a desaparecer entre las tinieblas de la noche. La ojiazul suspiro y se dio la vuelta para irse a su habitación pero un brillo llamo su atención, parecia ser muy lejos ya que apenas se alcanzaba a ver. Marinette escalo un pequeño muro para obtener una mejor vista

-¿Qué estás haciendo?- interrogó Tikki algo dormida saliendo de su abrigo, la ojiazul ignoro lo que le decía su kwami.

-Debemos ir a ver que es eso.- soltó sin despegar la mirada de aquella desconocida fuente de luz

-Marinette es muy tarde y mañana es un dia largo...-dijo Tikki bostezando. Ella tenia razon, mañana seria un día largo ademas de ser el último de ciclo escolar. Tenía que ayudar a sus padres en la panadería, a Alya con su Ladyblog y además ir con ella a la función de fuegos artificiales que el alcalde habia preparado para la ciudad en la Torre Eiffel.

-Está bien..-tiro bajando cuidadosamente de no caerse. Por un instante viropor última vez hacía donde emanaba aquella luz. Algo en ella tenía un mal presentimiento, En seguida borro esos malos pensamientos y bajo a su cuarto para quedarse totalmente dormida, mientras su kwami sonreía tristemente. Una lagrima salio de sus ojos, otra vez el destino estaba jugando con su portadora y eso no era lo único, ella sabía que en muy poco tiempo las risas y felicidad se verian afectadas por el miedo y la tristeza.

Ya había sucedido, siempre sucedía. Todo terminaba en tragedia.

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2016 ⏰

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