Prólogo

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El nuevo rey de los elfos morenos está todos los días de mal humor. No importa que le pongamos triple de azúcar en el chocolate de la mañana o le echemos una capa más de azul al cielo. Siempre nos lo encontramos de mala ostia, mandándolo todo a la mierda, quejándose hasta de que las cortinas nunca tapen de todo el sol.

Pero Su Majestad no siempre fue así. Fue aquello de encontrar a su cariño de nuevo lo que le cambió. Vosotros tal vez no lo sepáis, pero el que era el pretendiente del príncipe de los elfos morenos fue secuestrado. El príncipe, destartalado, recorrió de arriba a abajo Sish-Sohevet para encontrar a su amado, pero llegaron a pasar meses y meses sin rastro de él. Luego por fin, un día, tras juntar todas las pistas, dio con el paradero del secuestrador. El pretendiente parecía estar de rehén en una fábrica abandonada en mitad de los campos hipercromatados de Datang-La. El príncipe se llevó a sus mejores caballeros con él para irrumpir en el sitio, pero insistió en que quería entrar él sólo primero. Aquello ya se había convertido en un asunto de honor, en una mesovenganza. Así se hizo: el príncipe entró solo, pero tardó tanto que sus guardias decidieron pasar a la acción. Sorpresa menuda se llevaron éstos al encontrarse, en medio de la estancia más grande del edificio, al príncipe agachado, solo, triste y lleno de sangre.

El Señor no permitió que se volviera a hablar nunca más de ello y rechazó automáticamente a los siguientes pretendientes en la lista. Por culpa de esto es que ahora nos, unos endosirvientes de nada, tenemos que aguantar todos los caprichitos de Su Majestad. Y es por ello que nos hemos propuesto (con ayuda de exosirvientes) averiguar qué pasó con el pretendiente aquel día para que dejara tan tocado al rey. Hemos juntado todas las historias que nos llevan a él y nos disponemos a hacer la lectura.

[Adelanto] Historia de la mala leche {Roldom 2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora