O9 El día de contradecirme

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Cuando entre a mi habitación y dirigí la mirada a todo lo que me rodeaba me emocione por lo grande que era. 

Estoy de acuerdo con lo que dijo mi madre, papá si que te luciste.

Lo primero que hice es tirarme en la cama, era cómoda. Me levante y me propuse a instalar mis cosas.
Las fotos de "Las chicas S" fueron al marco del espejo del tocador, al total teníamos como 10 o 15 fotos sin contar de las tiras de las cabinas fotográficas. Sonreí al recordar como las tres hacíamos caras tontas.
Luego puse alguna que otra ropa en el armario, me cambie por un pijama, tenía por bien sabido de todavía no era ni las 8:30 pero el sueño cada vez se apoderaba más de mí. Me tumbe en mi cama y me arrope. Esperando para poder cerrar mis ojos y descansar.

Al despertar por el molesto ruido de la alarma y estrellarlo contra el suelo me paré para confirmar que no se haya roto pero fue lo contrario.

Genial Soph, ahora tienes que comprar otro.

Bufé molesta porque de seguro me espera un regaño por parte de mi madre. Busque entre las cajas una toalla para darme una ducha. La agarre con un poco de ropa interior y simple.

Más le vale a Will que no este usando el baño...

Pero no, estaba ocupado por él. Golpeé la puerta repetidas veces para que comprenda que salga.

  ─ ¿Qué quieres Soph? ─ preguntó burlonamente.

  ─ Quiero ser esposa de Brad Pitt, quiero un ferrari, quiero muchas golosinas ─ respondí sarcásticamente. ─ ¿Y sabes qué más quiero? ¡Que salgas del jodido baño Will! ¡Ya hablamos de esto! ─ le grité del otro lado de la puerta.

  ─ ¿Qué pasa niños? Es muy temprano para los gritos Sophie ─ dijo mamá restregándose los ojos y saliendo de su habitación.

  ─ ¡Eso que dice mamá! ─ gritó Will desde adentro del baño.

  ─ ¡Sal ya Will, tengo que entrar! ─ le ordenó y no hubo respuesta ya que se abrió la puerta con un Will ya cambiado y peinado. ─ ¿Cuándo te levantaste para hacer todo eso? ─ lo señale completo.

  ─ Es que yo no tiro los relojes ─ dice con burla y gruñó de respuesta. ─ Ya, ya. Era broma hermanita.

  ─ ¿Si? Pues te la puedes meter por el... ─ me interrumpió mamá.─

  ─ Sophie Alexandra Adams! No digas groserías ─ me regaño dentro de su habitación.

Entre al baño y cerré la puerta. Abrí la canilla de agua caliente ya que seguía siendo otoño y era una verdadera molestia tener que llevar ropa larga y abrigada. ¡El verano es lo mejor!
Termine de ducharme, secarme y me puse la ropa que elegí, era algo simple, unos jeans negros,  un suéter gris con un corazón negro en el medio, un gorro de lana blanco, unos anteojos negros y unas vans grises. 

Salí del baño y desayuné lo más rápido posible, luego me cepille los diente y volví a mirarme al espejo

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Salí del baño y desayuné lo más rápido posible, luego me cepille los diente y volví a mirarme al espejo.

Bien, hoy es tu primer día en esta nueva ciudad, tratarás de llevarte bien con todos, no peleas, no novios, no amigas nuevas, centrarte en el estudio. ¡No te olvides del celular para escuchar música y no estar tan solitaria! ¡Vamos hoy es tu día!

Tienes razón conciencia, hoy es mi día.

  ─ ¡Apúrate Soph o sino me voy sin ti! ─ gritó Will desde la primera planta. Él iba dos cursos más abajo que el mío, por lo tanto íbamos a la misma institución.

  ─ ¡Ya bajo! ─ le respondí gritando.

Baje las escaleras de dos en dos y me encontré con Will esperándome en la puerta de salida.

  ─ ¡Adiós mamá! ─ gritamos al unísono.

  ─ ¿Hoy es el día de hablar juntos? ─ preguntamos al mismo tiempo.

  ─ Deja de imitarme ─ ordenamos los dos.

  ─ No, tú deja de imitarme ─ otra vez.

  ─ ¡Agh! ¡Ya basta! ─ respondimos disgustados, eso fue raro. No siempre pasa eso.

 Abrí la puerta pero me acorde que no llevaba la mochila y subía a mi habitación a por ella.

  ─ ¿Qué haces? ─ me detengo en los primeros escalones.

  ─ Busco la mochila, ve yendo si quieres.

  ─ Esta bien ─ abre la puerta y sale por ella, mientras yo subo las escaleras y me dirijo a mi habitación.

Al abrir la puerta me encontré con mi mochila en la silla del computador, la agarré y salí corriendo en dirección al instituto. ¿Cómo podría olvidarme la mochila el primer día en este nuevo instituto? También agarré las llaves de la casa, que estaban situadas en el llavero a la par de la puerta principal.

El instituto no queda lejos, máximo 11 o 10 cuadras. Me apresuré para no llegar tarde. Al estar casi llegando a la estructura me acorde de que no llevaba el celular. ¡Maldita sea!

Te dije que lo trajeras para que escucharás música y hablarás con Sam y Steph... Pero no, siempre tienes que ser tan tonta.
Definitivamente, hoy no es mi día.

-0-

Bueeno, les dejó otro porque hace mucho que no subía.

Espero que les haya gustado, ¡gracias por leer!

Annie.

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