11 La hermana del idiota es bruja y Dawn raro

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Lo mire por última vez y me fui hasta el baño de mujeres. No había notado cuando todas las personas se reunieron en circulo entre los tres. Pase por todos ellos y ahora sí me pude adentrar al baño.

  ─ ¡¿Quién mierda se cree este estúpido para decirme todo eso?! Si es tan hombre que me lo diga en la cara, imbécil ─ dije mirándome en el espejo. Por suerte no había nadie porque sino sería muy vergonzoso.

  ─ ¿Con quién estás enojada? ─ salió de uno de los baños una chica, di un saltito por el susto y la encaré. 

  ─ Oh, solo con un tal Jacob. Un inútil nada más ─ dije restándole importancia, ella se rió y se acerco al lavamanos.

  ─ Ese inútil es mi hermano, pero sí. Tienes razón ─ me sonrió por el espejo.

  ─ Lo siento, yo no... ─ me interrumpió.

  ─ Tranquila, es un imbécil, lo admito. ¿Cómo es tu nombre? ─ preguntó.

  ─ Sophie Adams, ¿el tuyo?

  ─ Brooke Reynolds hermana del idiota que estabas insultando ─ reí nerviosa y mire para otra parte. ─ Solo te molestaba, yo también pienso que es un idiota y algunas veces se pasa.

  ─ Sí, pensó que yo era una regalada y que ese tal Dawn me iba dar un boleto a la popularidad ─ reí sarcásticamente. ─ No necesito ser una fácil para poder tener popularidad.

  ─ ¿En serio te dijo eso? ─ preguntó sorprendida.

  ─ En realidad no me lo dijo a mí, sino a su amigo ─ hice una pausa. ─ Genial primer día y alguien ya piensa que soy una zorra. Que rápido me gano el odio de todos.

Brooke rió.

  ─ Es solo un tonto, luego te va a pedir perdón. Además a mí me caes bien ─ me sonrió y yo le hice lo mismo.

  ─ Gracias, algo bueno me tenía que pasar hoy ─ sonó el timbre. ─ ¿Qué tienes ahora?

  ─ No no, primero ¿cuántos años tienes? ─ preguntó.

  ─ 17 ¿por qué? ─ pregunté confundida.

  ─ Es que tengo 16, eso quiere decir que soy más pequeña que tú ─ la verdad que no parece de 16. ─ Sé lo que estás pensando, que no me parezco de 16 años.

  ─ ¿¡Cómo lo sabes!? ─ pregunté asombrada.

  ─ Porque soy bruja ─ hizo una mueca rara y me sorprendí. ─ Es mentira, tu cara lo decía todo ─ solté un suspiro. ─ ¿En serio pensabas que era una bruja? ─ dijo riéndose.

  ─ ¿Qué? ¡No! ─ me hice la tonta y eso aumento su risa.

  ─ Ven, te llevo a tu salón porque sino estarás perdida ─ agradecí con la mirada mientras salíamos del baño y empezábamos a caminar.

  ─ Tengo... ─ me fije en el papel que me dio la señora ─ ...matemática.

Que gran comienzo de escuela.

  ─ Que mala suerte, la vieja de matemática tiene una voz muy chillona. Yo no la soporto.

  ─ ¿Algún consejo? ─ pregunté.

  ─ Nunca le lleves la contraria ─ me señalo con el dedo y frunció el ceño. Asentí repetidas veces.

  ─ No lo haré...

  ─ Bueno, ésta es ─ me señalo una puerta. ─ Muchísima suerte, nos vemos en el receso ─ empezó a caminar para el lado contrario.

  ─ ¡Oye Brooke! ─ grité y esta se dio vuelta. ─ Gracias ─ sonreí y ella también. Me saludo con la mano y corrió a su salón.

Suspiré. Toque la puerta tres veces y escuche un grito que me indico que podía pasar. Entre y todos se callaron, haciendo que me ponga nerviosa.

  ─ ¿Necesita algo señorita? ─ una señora de más de 50 años me hablo desde el final del salón.

  ─ Soy nueva y tengo esta clase ─ la mujer, si eso es lo que es, me miro asombrada para luego cambiar su expresión por una neutra.

  ─ Preséntese por favor ─ pidió a lo que yo asentí.

  ─ Mi nombre es Sophie Adams, 17 años.

  ─ ¿Alguien quiere hacer una pregunta a la señorita? ─ varios levantaron la mano. ─ Bowers ─ Señalo a Dawn, me sorprendí que estuviera en mi clase.

  ─ ¿Por qué iniciaste después de varios meses de clases? ─ preguntó con voz fría lo que me hizo sorprender más.

  ─ Me mude ayer. Antes vivía en Toronto ─ Él asintió con una mueca. Que raro chico, antes estaba sonriendo y ahora me hace muecas.

Peleaste con su mejor amigo. ¿Qué querías? ¿Qué te venga a besar la mano y te hable como si nada?

  ─ Peison ─ le dio la palabra a una chica pelirroja que se enrollaba un mechón de cabello con su dedo y ni hablar de como masticaba chicle.

  ─ ¡Que pasa de moda que estás! Si vienes con mis amiguis te haremos hemosiguis ─ Dios, no. ¿Una pelirroja hueca?

  ─ No gracias, prefiero quedarme así ─ le respondía amable.

  ─ Como digas chiquis ─ la mato o me mato.

La profesora me hizo sentar y siguió con la clase. Mientras que yo miraba a Dawn por su extraña actitud.

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Espero que le haya gustado, ¡gracias por leer!

Annie.



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⏰ Última actualización: Dec 14, 2016 ⏰

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