Fue vagamente consiente el resto del tiempo, sintió como alguno de los chicos la entraba hacia la gran casona, sintió los ruidos de la música rebotarle en los oídos, también el olor a alcohol y cigarrillos, luego silencio.
Estaban vertiendo algo fresco en su garganta, algo sin sabor pero lo mejor que había probado en su vida, inconscientemente bebió con avidez, resoplando para no ahogarse. Esparcieron un poco más del líquido en su boca y luego en su cara, algo frío recorría su cara, sus pómulos, su nariz, volvió a sentir que el líquido avanzaba por su garganta. Respiró con dificultad y se durmió.
Cuando despertó, sintió la mirada de todos, aunque no los veía muy enfocados, estaban cristalizados, solo distinguía colores. Aunque ella no estaba pendiente de eso en ese instante. Miraba el techo como si fuera lo más interesante, la conversación le llegó amortiguada.
–Claro que está deshidratada, pobre chica, mira su rostro, la encontraron a tiempo. Aún tiene fiebre y escalofríos, pero con un paño frío y el medicamento adecuado –suspiró–. Estará bien, es una chica fuerte, lo sé…
–Le cuidaremos Selene –dijo una voz masculina.
Me asusté, la voz de la chica era suave. Pero la del hombre era profunda, masculina.
–No estoy muy convencida de eso –dijo la chica nuevamente.
Temblé.
–Oh vamos, sabemos cuidar de alguien Selene –dijo otro chico.
–No necesitan cuidarla mientras duerme –dijo ella tajante–, necesita su espacio.
Me dormí nuevamente.
–¿Qué? –dije cuando me desperté.
Me estiré perezosamente, y vi sus caras encima de la mía, una melena rubia, una castaña, veía borrosa, pero podía jurar que una sonrisa de alivio cruzo por los dos rostros masculinos.
–Despertó, Chase. Te lo dije –masculló.
–¿Qué carajos hago aquí?
–Oh, te desmayaste hace…um
–Dos días
–¿Dos, días? –susurré, mi voz estaba pastosa y sentía la garganta con un sabor a acero.
–Sip
Me miraron expectantes.
¿Esperaban mi nombre? MI NOMBRE. Hombre, ¿Mi nombre? Gemí inconsciente, ellos se echaron a reír entre dientes, pero sintieron mi mirada fulminante así que callaron aterrados ¿En tan mal estado estaba que atemorizaba a chicos una cabeza más alta? Oh, chicos…así es como se debe tratar a una mujer.
–No te comeremos guapa –dijo el moreno, una sonrisa pícara pasó por su cara–, a menos que quieras que lo hagamos.
Recibió un codazo brutal del rubio. Hizo una mueca, e intentó decir estoy bien. Pero ningún sonido salió.
–Hola –dijo el rubio–, yo me llamo Nathaniel McLean y él es Chase Abbott, lo sé…demasiado americano para mi gusto…
–Cállate, nata –aulló el castaño indignado–, no molestes a América, acento ridículo.
Me eché a reír aunque sonó como un cacareo seco. Enserio, me reí como nunca.
–Bueno ¿A qué se debe que camines por estos senderos preciosa? –dice Chase coquetamente.
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Libre de mis monstruos.
AdventurePandora Wernrigth tiene un difícil camino por delante, no solo porque esta en una ruta peligrosa en el desierto, sino que porque tiene que dejar el pasado junto con los kilómetros atrás...para que ese monstruo que le consume se libere y pueda salir...