Capitulo VII: Vuelta a la página

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–No estoy segura de esto, Selene –susurré.

–¡Claro que lo estas! –Susurró–chilló.

–Se darán cuenta, Selene

–Lo sé, pero eso no es importante ahora. Lo importante es que no nos descubran ahora, Pandora.

–Vale, hagámoslo.

–Eso es.

            Las chicas bajaron sigilosamente con sus mochilas a sus espaldas, llevaban sus pertenencias para aproximadamente dos días. Lo habían preparado con anticipación. Tenían un plan. Pero la primera parte tenía que salir bien, era la fase más importante.

            Habían redactado una nota con anticipación, para que a la hora de no hubieran temblores y miedos. Selene dejó la nota pegada en la nevera con un imán de letra. Ambas asintieron y salieron hacia afuera en silencio. Pandora se removió en su cazadora cubriendo su cuello, cuando habló, su aliento se veía en la madrugada.

–¿Estás segura de que llegó? –su voz denotaba un tinte de nerviosismo.

–Claro que si –masculló Selene–. Con cuidado, en silencio…

–Ya lo sé –apremió–. Cuidado con eso Selene –chilló bajo.

–Lo había visto –susurró, le dedicó una sonrisa de agradecimiento a su amiga.

            Caminaron diez minutos por la carretera, hasta que un auto negro se detuvo a su lado. Selene le dedico una sonrisa brillante a su amiga. Golpeó su vidrio levemente y el auto bajó el vidrio.

–Bueno ¿Qué? –le chilló.

El hombre que estaba dentro, saltó del asiento. La miró temeroso.

–He, te equivocaste de persona. No te conozco –le dijo. Selene se echó a reír.

–Claro que sí, amor

–No, es enserio. No me llames así, no te conozco, tengo novia.

            Selene se le quedó mirando con ternura mientras él comenzaba a negar con la cabeza.

–Soy yo, bobo. Déjame entrar, no quiero que Chase, Nath o peor, Mason nos encuentren. 

            Aaron abrió los ojos a tope. Más no abrió a puerta, Selene rodó los ojos y abrió la puerta. Apoyó las manos en el asiento copiloto, se acercó a su oído y le habló.

–Mira cariño, tengo que llegar al aeropuerto en unas dos horas, si pierdo el vuelo, castrarte sería lo mínimo que haría, así que abre el jodido porta equipaje para guardar los bolsos en este momento. Mira que si llega cualquiera de los chicos y nos encuentran, te herviré en agua caliente ¿Me oíste? –le besó la boca.

            Aaron acarició su cabello y asintió. Se levantó su asiento y fue por el  equipaje de ambas mientras que ellas subían al auto.

–Así que, él es Aaron.

–Si –sonrió ella.

            La cabellera de Selene, que generalmente es castaña, ahora estaba pelirroja. Ambas decidimos que era mejor quedar en cubierto, además yo no quería causarle problemas a mi única amiga. Quería que Selene se alejara de los problemas con los paparazis y esas cosas, ella no se merece tan rollo. Aaron Flint se subió al asiento de piloto y comenzó a conducir.

–Cariño –susurró con timidez–. ¿Podrías decirme que hiciste con tu cabello? ¡No es que te quede mal! –se apresuró a decir–, pero…

Libre de mis monstruos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora