Día 2. Halloween

447 37 10
                                    

Fushimi quería tirarse por la ventana. O mejor aún, quería tirar a su rey por la ventana. Y a Kusanagi y Totsuka también ya de estar. A todo el clan rojo, en realidad. Y a todo el azul. De ser por él, que no faltase gente.
Decir que estaba enfadado se quedaba corto. Vamos a ver, ¿en qué momento a Munakata le había parecido buena idea obligarlo a ir a una fiesta de disfraces en HOMRA y obligarlo también a disfrazarse? ¿Y en qué momento a Izumo y a Tatara les pareció un buen plan montar una fiesta de Halloween? ¿Eran críos de tres años o qué les pasaba en la cabeza?

A la cola del clan azul, Saruhiko caminana arrastrando los pies y farfullando mil y un maldiciones por lo bajo. Nadie en el clan se atrevía a acercarse a su tercero al mando, que no por estar disfrazado de vampiro parecía a punto de morder a alguien. Desde su posición, veía a un Domyoji vestido de gato tirar con una sonrisa en su cara de un Kamo con un disfraz de caballero medieval. También la teniente Awashima entraba en su campo de visión, portando un traje de ángel que no dejaba lugar a la imaginación. Pronto, los miembros del clan rojo aparecieron ante ellos. Sonriente, Tatara abrazó a Fushimi. El tercero al mando de HOMRA iba disfrazado de príncipe, y parecía no comprender el estado de ánimo del menor. Y si lo hacía, le importaba entre poco y nada.

-¡Sonríe, Fushimi!

-Totsuka-san, suélteme.

-Oh, ¿por qué eres tan aburrido? ¿Vas de vampiro? Dime que no me chuparás la sangre.

-Deje de decir tonterías.

-Jo, si no te gustan esas bromas, ¿por qué vienes de vampiro?

-El capitán eligió el disfraz, no yo.

-¿También eligió el maquillaje?

Un rubor que catalogaba al no muerto como muy vivo se instaló en las mejillas del más joven de los príncipes. No había una explicación racional que justificase sus ojos delineados en negro, sus pestañas, ya de por sí largas y oscuras, resaltadas con rímel y sus labios pintados de rojo, por eso se limitó a chasquear la lengua con molestia.

-¿No me contestas, Fushimi?

-No creo que sea necesario.

-Pero aunque vengas de mala gana, has hecho el esfuerzo de arreglarte.

-Tsch.

-Deberías empezar a ser más sincero con tus sentimientos. ¡Venga, divirtámonos!

-¿Qué tiene esto de divertido? -Masculló el azul.

-Oh, vamos, Mikoto está disfrazado de león con un kigurumi, ¿qué puede ser sino divertido? Además -Tatara le susurró al oído-, seguro que te encanta ver a Munakata sin el uniforme habitual.

-¡Totsuka-san!

-¿Qué pasa? Tienes ojos en la cara, ¿no? Tendrías que estar ciego para no ver que tu rey está buenísimo vestido de capitán pirata.

-Por algo llevo gafas.

-Hoy no las llevas.

-Llevo lentillas.

-¿Y cuál es la diferencia?

-Totsuka-san, ¿por qué estamos hablando de esto?

-No lo sé, ¿por qué?

-¿Cree que si lo supiera le estaría preguntando?

-Imagino que no. -Hubo un silencio-. ¿Cuándo vamos a divertirnos?

-¡Nunca!

-Qué amargado eres... -Totsuka hizo un puchero-. Deberíamos pedirle a ese rey tuyo que te alegre un poco. Y a Mikoto, ya de estar.

Especial ReiSaru WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora