Si hablamos de Scepter 4, hablamos de profesionalidad. Todos sus miembros, obligados siempre a realizar informes acerca de sus misiones, están preparados para saltar al ataque en cualquier momento. Cuentan con unas capacidades intelectuales y físicas de sobresaliente, y las sonrisas y las bromas son algo que no se permiten en su ambiente de trabajo. Y liderándolos, se encuentra su rey, un hombre serio y centrado que nunca realiza movimientos innecesarios ni permite que sus subordinados pierdan horas de trabajo en tareas de placer. Bueno, se supone. Porque si se trata de uno de sus súbditos en especial, la cosa cambia. Pero ¿cómo no van a cambiar las circustancias por su novio y tercero al mando?
Cualquiera que piense en Fushimi Saruhiko, automáticamente oirá un chasquido en su mente. Luego pensará en un muchacho serio, irreverente, vago e inteligente, y a pesar de todo esto, increíblemente diligente. Él jamás desperdiciaría una hora de trabajo en alguna tarea sucia y morbosa que nada tenga que ver con motivos laborales, ¿verdad? Pues no, aquí también hay una excepción. Y es que, si se trata de su rey, no tiene manera de negarle nada. Nada de nada. Y eso que Munakata en un primer momento le propuso aquello como una broma, esperando hacerle rabiar. Pero ahí estaban, los dos en el despacho del déspota rey, Reisi sentado es su silla y Saruhiko quitándole el cinturón de sus pantalones.-¿Se puede saber qué estás haciendo?
-Ahora mismo, bajarte la bragueta.
-No, eso ya lo veo. Lo que quiero saber es por qué.
-Tú lo has propuesto.
-Era broma.
-Haberla hecho mejor. O no haberla hecho.
-¿Y no tienes que trabajar?
-Sí, pero he pensado que podría... cambiarme de departamento durante un ratito.
-Saruhiko, ¿me estás seduciendo?
-No, porque ya te tengo más que rendido a mis pies.
-¿Y qué pasa si entra alguien?
-¿Quién va a entrar?
-No sé, ¿cualquier miembro de Scepter 4? ¿Quizá incluso Awashima-kun?
-Tu escritorio me oculta bien.
Fushimi se relamió los labios con cierta mirada lasciva. Viéndole así, Munakata no podía evitar sentir que la sangre se dirigía precisamente al lugar que su tercero al mando trataba de descubrir.
-Pero alguien podría acecarse de más. O entrar por la ventana...
-¿Quieres que te la chupe o no? -Soltó el menor sin anestesia alguna.
El rey azul se vio obligado a tragar saliva. Aquello no era ético mi moral pero... ¿qué demonios? Ya bastante inusual era que el tercero de Scepter 4 tomase la iniciativa en algo que tuviese que ver con sexo. Aprovechar una vez no los mataría.
-Debajo del escritorio. Ahora.
-Sí, capitán.
Fushimi acató la orden de su superior, quien pegó la silla a la mesa. No fue necesario mucho tiempo para que Munakata comenzase a sentir los labios y la lengua de su príncipe empezar a trabajar en su zona íntima. Apretó los reposabrazos y echó la cabeza hacia atrás mientras dejaba escapar suaves e inaudibles gemidos de placer. Siempre diría que ese chico poseía una lengua prodigiosa. Cómo se movía, lamiendo su miembro como si fuera uno de esos polos de helado que tanto comía el menor en verano. Quizá eso hacía un poco más entendible su habilidad innata. La espada ni la tocaba, salvo en las misiones, pero con la lengua entrenaba lo inimaginable.
Reisi apretó los labios tratando mantenerse en silencio. Saruhiko movía su lengua a un ritmo lento y escrupuloso. Desesperante también podría ser una buena manera de calificar ese oral. Iba tan despacio que el rey pensaba que podría morir en cualquier momento. Esa sensación se intensificó cuando el menor metió la punta de su miembro en su boca y mordió jugetón. Munakata no pudo contener un gemido al sentir aquel estímulo, así como tampoco fue capaz de detener los movimientos instintivos de su mano derecha. La metió bajo la mesa y enredó los dedos en los negros cabellos del menor, como si le instase con ello o le suplicase para que fuese más rápido. Una pena que Saruhiko desease hacer todo lo contrario.
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Especial ReiSaru Week
Fanfic"¡Gracias, Tumblr!" Eso grité yo, Ekaterina, al buscar ReiSaru en Tumblr y encontrarme algo tan maravilloso como lo que me encontré y que hoy os traemos. (Y que, además, empieza hoy, para más inri.) Así es, damas y caballeros, señoras, señores y dem...