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Poco a poco el perro llego hasta él olfateandole, ante eso, Frank registro en su bolsillo sacando un trozo de pan duro desaborido para dárselo a este quien no dudo en cogerlo.

Estaba en el peor lugar, donde pronto sería la hora punta y eso estaría hasta la boca de gente y con tan solo pensarlo el pánico le corrió por la columna como una corriente eléctrica

Con el perro siguiéndole, fue a parar a un callejón que recién estaba iluminado por la luz natural, no estaba muy sucio y estaba vacío que era lo que le interesaba al castaño

El frío emanaba con fuerza y los dos estaban desprotegidos tiritando sin nada que hacer, Frank otros inviernos conseguía alguna manta pero como pasaron ya a la historia no le quedaba nada, opto por poner el perro encima de si y con su cuerpo lo cubrió, así el perro podría estar algo calentito y parte de Frank también.

Todo parecía estar bien, pero solo parecía, el joven muchacho comenzó a toser de forma descontrolada y todo su cuerpo temblaba y no era por causa del frío, el sol poco a poco iba perdiendo su fuerza para pronto irse a dormir y salir al día siguiente.


Todo comenzaba a moverse según los pasos que daba, que no eran muchos. El callejón era muy largo y conforme fue oscureciendo una luz no muy lejos de él alumbraba cierta parte, debajo de tubo de luz había una puerta no muy grande de color negro, en ese momento no le dio importancia, tampoco debía ya que no podía ni con su alma hasta que cedió y cerro sus ojos ¿hasta un para siempre?

Antropofobia |Frerad|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora