Capítulo 1

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Después de licenciarme del Ejercito, trate de encontrar una colocación y conseguí un empleo en un garaje de la carretera de Hampstead, al final de Haverstock Hill, cerca de Chalk Farm, que me satisfizo. Siempre me ha gustado reparar motores y esa había sido mi ocupación mientras estuve movilizado, de modo que me había convertido en todo un especialista. Siempre se me ha dado muy bien la mecánica.
Me agradaba tenderme de espaldas, vestido con un grasiento mono y con una llave inglesa en la mano, apretar un tornillo o ajustar alguna tuerca entre un intenso olor a gasolina, mientras alguien ponía en marcha un motor y los demás muchachos silbaban y hacían sonar sus herramientas. No me importaba el olor, ni la suciedad. Como solía decir mi madre cuando, de niño, me veía jugar con alguna grasienta lata de bencina: <<Eso no hace daño, es suciedad limpia.>> Y lo mismo ocurre con los motores.
El patrón del garaje era un buen hombre, campechano y bonachón, que se dio cuenta en seguida de que yo era un lince en mi trabajo. El no entendía gran cosa de mecánica, de modo que siempre me encargaba los trabajos de reparación, que era lo que a mi me gustaba.
Yo no vivía en casa de mi madre; estaba demasiado lejos, en el camino de Shepperton, y no veía la necesidad de perder la mitad del día en ir y volver de mi trabajo. Me gustaba estar cerca de el, tenerlo a la mano, como si dijéramos. Asi que tenia alquilada una habitación en la casa de un matrimonio llamado Thompson, a unos diez minutos a pie del garaje. Buena gente aquellos Thompson. El era zapatero -remendón, supongo que había que llamarle-, y su mujer se encargaba de las faenas caseras y de preparar las comidas en el pisito que tenia encima de la tienda. Yo solía desayunar y cenar con ellos y como era el único huésped, me trataba como si fuera uno mas de la familia.
Me agrada la rutina. Me gusta hacer bien mi trabajo y luego, una vez terminada la tarea diaria, sentarme a leer el periódico mientras fumo un cigarrillo y escucho la radio. Ka musica ligera, sobre todo, me encanta. Suelo irme temprano a la cama. Nunca he sido muy aficionado a salir con chicas, ni siquiera cuando prestaba servicio en el Ejército. Estuve destinado en el Oriente Medio, en Port Saind y otros sitios por el estilo.
Me encontraba muy a gusto con los Thompson y disfruta haciendo todos los días lo mismo. Hasta que llego aquella noche y ocurrió lo que ocurrió. Nada ha vuelto ha ser igual desde entonces. Ni volverá a serlo jamas. Bueno, no se.....









Besame Otra Vez DesconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora